/ sábado 24 de abril de 2021

Salud mental

Caminan por las calles, vagan sin rumbo alguno. Hombres y mujeres de apariencia andrajosa. Algunos gritando, dialogando con una presencia invisible, peleando en contra de algo que solamente ellos pueden presenciar en la realidad de su mente. Los nadie, aquellos que si representaran un sector fuerte en número de posibles votos seguramente serían tomados en cuenta.

Es urgente y necesaria la creación de un centro psiquiátrico para la comunidad, en donde tengan cabida todas las personas que aparentemente y presuntamente requieren de ayuda psiquiátrica.

Le costó décadas a la sociedad mexicana quitarse el estigma de que ir con el psicólogo era motivo de locura. Hoy en día, la terapía psicológica forma parte del vocabulario común del mexicano. Ahora se discute, habla e incluso se cuestiona la importancia que tiene la salud mental en el individuo y la sociedad.

Mientras los flamantes candidatos se rasgan las vestiduras, diciéndose cosas unos a los otros, mientras ecológicamente reciclan las propuestas de cada elección anterior, los enfermos mentales que requieren de ayuda psiquiátrica, no psicológica, sino psiquiátrica, abarrotan las calles.

Al principio eran unos pocos, pero cada vez son más personas en esa condición, quienes se reitera no existen para el sistema, para ningún gobierno y que decir de algún candidato en época electoral.

Posiblemente la solución sea conseguirles una credencial de elector y esperar a que sean un número considerable que pueda darle su voto a algún infame personaje que ahora sí quiera velar por ellos.

La sociedad sanluisina tampoco parece estar muy enterada o le importa poco la urgente ayuda psiquiátrica que necesitan estos seres humanos, quienes también son personas y por el solo hecho de haber nacido son acreedores al derecho universal de la salud mental, derecho que sin duda es lacerado por la comunidad y gobierno e ignorado por quienes tienen algún padecimiento que requiera ayuda psiquiátrica.

El problema les compete a todos los niveles de gobierno, pero tampoco se puede esperar plácidamente a que el Estado o Federación se ponga las pilas en este problema. Para eso los ciudadanos eligen representantes quienes gustosamente cobran una “módica” cantidad de sueldo para irse a dorm… digo a trabajar en sus curules, ellos son quienes deben empezar a levantar la mano allá en San Lázaro y llevar la problemática al Congreso para que por lo menos empiece a discutirse.

Un estudio realizado en 2018 arrojó que en México solo existen 51 centros integrales de salud mental y 32 hospitales psiquiátricos para atender a personas que lo requieran, ni hablar del presupuesto designado para atender la problemática, que de más está decir es risible y donde seguramente si se escudriña un poco, se encontrarían faltantes o desvío de recursos como en casi todas las dependencias.

La salud mental es un derecho universal, es momento de empezar a exigirlo, si ya se consiguió poner a discusión los hábitos alimenticios y financieros del individuo, llegó el turno de la salud mental.


Caminan por las calles, vagan sin rumbo alguno. Hombres y mujeres de apariencia andrajosa. Algunos gritando, dialogando con una presencia invisible, peleando en contra de algo que solamente ellos pueden presenciar en la realidad de su mente. Los nadie, aquellos que si representaran un sector fuerte en número de posibles votos seguramente serían tomados en cuenta.

Es urgente y necesaria la creación de un centro psiquiátrico para la comunidad, en donde tengan cabida todas las personas que aparentemente y presuntamente requieren de ayuda psiquiátrica.

Le costó décadas a la sociedad mexicana quitarse el estigma de que ir con el psicólogo era motivo de locura. Hoy en día, la terapía psicológica forma parte del vocabulario común del mexicano. Ahora se discute, habla e incluso se cuestiona la importancia que tiene la salud mental en el individuo y la sociedad.

Mientras los flamantes candidatos se rasgan las vestiduras, diciéndose cosas unos a los otros, mientras ecológicamente reciclan las propuestas de cada elección anterior, los enfermos mentales que requieren de ayuda psiquiátrica, no psicológica, sino psiquiátrica, abarrotan las calles.

Al principio eran unos pocos, pero cada vez son más personas en esa condición, quienes se reitera no existen para el sistema, para ningún gobierno y que decir de algún candidato en época electoral.

Posiblemente la solución sea conseguirles una credencial de elector y esperar a que sean un número considerable que pueda darle su voto a algún infame personaje que ahora sí quiera velar por ellos.

La sociedad sanluisina tampoco parece estar muy enterada o le importa poco la urgente ayuda psiquiátrica que necesitan estos seres humanos, quienes también son personas y por el solo hecho de haber nacido son acreedores al derecho universal de la salud mental, derecho que sin duda es lacerado por la comunidad y gobierno e ignorado por quienes tienen algún padecimiento que requiera ayuda psiquiátrica.

El problema les compete a todos los niveles de gobierno, pero tampoco se puede esperar plácidamente a que el Estado o Federación se ponga las pilas en este problema. Para eso los ciudadanos eligen representantes quienes gustosamente cobran una “módica” cantidad de sueldo para irse a dorm… digo a trabajar en sus curules, ellos son quienes deben empezar a levantar la mano allá en San Lázaro y llevar la problemática al Congreso para que por lo menos empiece a discutirse.

Un estudio realizado en 2018 arrojó que en México solo existen 51 centros integrales de salud mental y 32 hospitales psiquiátricos para atender a personas que lo requieran, ni hablar del presupuesto designado para atender la problemática, que de más está decir es risible y donde seguramente si se escudriña un poco, se encontrarían faltantes o desvío de recursos como en casi todas las dependencias.

La salud mental es un derecho universal, es momento de empezar a exigirlo, si ya se consiguió poner a discusión los hábitos alimenticios y financieros del individuo, llegó el turno de la salud mental.