Cuando no hay conciencia de la realidad en que se vive en el aspecto de salud, jamás se entenderá o se respetará lo que se apruebe en los Comités de Salud a nivel estatal y municipal, pues a pesar de la realidad que vivimos y a diario se nos informa de la evolución del Covid-19, una gran cantidad de familias sigue realizando festejos, sin preocuparse de las normas que a diario se nos repiten como que debemos usar cubrebocas, evitar aglomeraciones, lavarnos las manos de manera constante y sobre todo que nos quedemos en casa.
El pasado fin de semana las playas del Golfo fueron insuficientes para atender a la enorme cantidad de paseantes y el llamado “Machorro” se vio cubierto de vehículos subiendo y bajando la cuesta que se localiza en el faro reconstruido en apoyo a los pescadores.
Gracias al Comité de Salud Municipal, ya se autorizó la apertura de los negocios que trabajaban al 50% y ayer hasta los casinos.
Sin embargo, estamos a pocos kilómetros de Mexicali, Baja California o de las ciudades de ese estado, en donde siguen los contagios y las autoridades continúan analizando la situación para volver a cerrar, lo que puede suceder aquí también si los comerciantes y empresarios no establecen las normas que se han fijado para dejar entrar a los consumidores.
Las empresas grandes, como los Bancos, no destinan a una persona para que reciba a los cuentahabientes, no colocan los desinfectantes para los pies y dejan que los clientes se acumulen, pues no tienen la capacidad para ofrecer un buen servicio y la aplicación de las normas sanitarias.
Sin embargo, lo más importante, es que como ciudadanos obedezcamos las normas establecidas y le demos la importancia que tiene el Covid-19, ya que ni las muertes de seres queridos nos han convencido de la realidad que estamos sufriendo y a diario, a nivel municipal y estatal, siguen dando información de cuántos muertos y cuántos contagiados.
A eso no le damos importancia y andamos como si no existiera el virus que al llegar al cuerpo se multiplica y ataca a los órganos vitales como los pulmones, los que al ser invadidos por la enfermedad, el paciente ya no puede respirar y le ocasiona la muerte a pesar del esfuerzo de los médicos, quienes se enfrentan a ese enemigo y varios de ellos han pagado con su vida también.
Somos tan incrédulos que no le damos importancia al Covid-19 y cuando fallece un familiar o un amigo, nos conformamos y posiblemente otros se arrepientan al no proteger a sus familiares y si fallece el enfermo, para colmo le echamos la culpa a los médicos.