“Primero fue la fiebre del oro, que propició la llegada de mineras de Canadá, principalmente para explotar extensos y cuantiosos yacimientos. Luego se esparcieron rumores, que más tarde serían datos confirmados sobre formidables reservas de uranio. Por último, se corroboró información oficial sobre la existencia de espléndidos yacimientos de titanio”. Fragmento del libro “La guerra que nos ocultan”, página 18, párrafo 2.
Lo que sucedió con las elecciones en Guerrero respecto a quitar la candidatura de “El Toro”, por acusaciones de presunta violación, abrió la puerta a un sinfín de interrogantes que no tienen respuesta, pero la requieren.
Toda la oposición aplaudió cuando el Instituto Nacional Electoral hizo por vez primera el trabajo para el que fue creado. Una de las grandes interrogantes es el por qué hacerlo hasta ahorita y no antes, cuando es bien sabido que durante los comicios anteriores siempre existen candidatos con dudosas reputaciones, acusaciones e incluso algunos con algún proceso legal en contra.
En fin, por primera vez el INE, hizo lo que no pudo con EPN y sus tarjetas MONEX, se le aplaudió, e incluso se habló de que eran garantes defensores de la democracia. Extraño para un organismo con tantas deficiencias, pero la cuestión principal es por qué solo en Guerrero, qué hay en ese estado que nadie quiere soltarlo.
Pues resulta que existe una gran riqueza de oro, uranio y titanio. Increíblemente los guerrerenses tienen recursos de esa índole, pero impera demasía pobreza entre sus pobladores, que decir de la delincuencia organizada que hace y deshace con el aparente y presunto visto bueno de autoridades gubernamentales, solapados presuntamente por grupos de mineras transnacionales.
La elección en Sonora tiene muchos intereses en juego, el más importante y preciado es el control del litio, aquello que de ser utilizado de manera correcta es la salvación para el estado, pero habrá que cuestionarse si sucederá lo mismo que en Guerrero, aquí en Sonora, pues de ser así, los sonorenses serán simples espectadores de cómo la delincuencia se adueña de su estado con presunto contubernio de autoridades y empresas extranjeras para mantener el control de los recursos, mientras sus pobladores quedan inmersos en un ambiente de extrema pobreza y delincuencia.
De nueva cuenta los ojos del mundo o, mejor dicho, las garras de las naciones imperialistas están sobre México y sus recursos. La semana pasada se hablaba del agua y el cómo se intentará despojar a los mexicanos de ella, pues lo mismo puede que suceda con el litio de Sonora, hay que estar al pendiente del ganador en la próxima contienda para que no despilfarre, dilapide o entregue al mejor postor, poniendo en juego el desarrollo de los sonorenses.
Que no te engañen, el 6 de junio se juega más que un puesto, más que las mismas propuestas recicladas de siempre, pues el ganador de la contienda decidirá el futuro de tan añorado recurso para la creciente industria automotriz eléctrica del mundo, el litio.
