/ lunes 25 de julio de 2022

Tmec como estrategia

El tratado de libre comercio firmado por México, Estados Unidos y Canadá tiene mecanismos de solución de conflictos que involucran paneles de comercio internacional, así como tribunales especializados que pueden representar prácticas dilatorias para el crecimiento de un país como nuestro amado México.

Posterior a la visita de Estado de nuestro primer mandatario a Estados Unidos ha surgido la noticia del interés del Presidente Biden de acudir a los mecanismos de reclamos por la supuesta limitante a la inversión extranjera de energías. Seguramente, lo anterior, obedece a que nuestra comitiva no cedió a las pretensiones de los vecinos de tener una injerencia directa en el mercado clave de la energía.

Pudo ser un golpe de suerte más que una estrategia o pudo ser un plan perfectamente orquestado, por parte de nuestro Presidente el de apostarle a fortalecer nuestro sector energético, pero lo único cierto es que fue duramente criticado por la oposición porque, según ellos, apostarle a lo obsoleto era un error. Sin embargo, la guerra entre Rusia y Ucrania nos recordó que aún dependemos del petróleo y de los combustibles tradicionales como el gas, revalorando este mercado y haciendo ver la importancia de las decisiones que se tomaron.

Lo anterior dejó a México como un socio estratégico fundamental para nuestros vecinos, pero que lamentablemente, por su falta de visión, solo nos ven como un botín. Y en vez de tratar de buscar lograr una zona de desarrollo común e igualdad de oportunidades para las tres naciones firmantes, solo buscan agandallar y tratar de someter nuestra soberanía nacional a sus intereses.

Lo realmente alarmante es que, en vez de cerrar filas con nuestro gobierno, algunos apátridas apoyan el intervencionismo alegando violaciones al Tmec. Cuando por lo anteriormente expuesto, en el sentido filosófico el tratado firmado tiene connotaciones de cooperación y de no sometimiento como su eje rector, entonces quienes violan flagrantemente son nuestros vecinos del norte al intentar someter y no buscar desarrollar.

Seguramente los paneles internacionales y las cortes de comercio se decantarán porque a nuestro país le asiste la razón jurídica, pero mientras tanto buscarán dilatar el crecimiento estratégico en la materia minando las energías de emprender proyectos que pudieran encaminarnos a un rápido desarrollo como el de la explotación del litio. Pero el tiempo dará la razón y quedarán derrotados no solo los extranjeros, sino que también los mexicanos que anteponen la ideología o su bienestar personal al del interés colectivo. Por el bien de México y de su desarrollo es momento de cerrar filas y de apoyar. Cada granito de arena suma.

El tratado de libre comercio firmado por México, Estados Unidos y Canadá tiene mecanismos de solución de conflictos que involucran paneles de comercio internacional, así como tribunales especializados que pueden representar prácticas dilatorias para el crecimiento de un país como nuestro amado México.

Posterior a la visita de Estado de nuestro primer mandatario a Estados Unidos ha surgido la noticia del interés del Presidente Biden de acudir a los mecanismos de reclamos por la supuesta limitante a la inversión extranjera de energías. Seguramente, lo anterior, obedece a que nuestra comitiva no cedió a las pretensiones de los vecinos de tener una injerencia directa en el mercado clave de la energía.

Pudo ser un golpe de suerte más que una estrategia o pudo ser un plan perfectamente orquestado, por parte de nuestro Presidente el de apostarle a fortalecer nuestro sector energético, pero lo único cierto es que fue duramente criticado por la oposición porque, según ellos, apostarle a lo obsoleto era un error. Sin embargo, la guerra entre Rusia y Ucrania nos recordó que aún dependemos del petróleo y de los combustibles tradicionales como el gas, revalorando este mercado y haciendo ver la importancia de las decisiones que se tomaron.

Lo anterior dejó a México como un socio estratégico fundamental para nuestros vecinos, pero que lamentablemente, por su falta de visión, solo nos ven como un botín. Y en vez de tratar de buscar lograr una zona de desarrollo común e igualdad de oportunidades para las tres naciones firmantes, solo buscan agandallar y tratar de someter nuestra soberanía nacional a sus intereses.

Lo realmente alarmante es que, en vez de cerrar filas con nuestro gobierno, algunos apátridas apoyan el intervencionismo alegando violaciones al Tmec. Cuando por lo anteriormente expuesto, en el sentido filosófico el tratado firmado tiene connotaciones de cooperación y de no sometimiento como su eje rector, entonces quienes violan flagrantemente son nuestros vecinos del norte al intentar someter y no buscar desarrollar.

Seguramente los paneles internacionales y las cortes de comercio se decantarán porque a nuestro país le asiste la razón jurídica, pero mientras tanto buscarán dilatar el crecimiento estratégico en la materia minando las energías de emprender proyectos que pudieran encaminarnos a un rápido desarrollo como el de la explotación del litio. Pero el tiempo dará la razón y quedarán derrotados no solo los extranjeros, sino que también los mexicanos que anteponen la ideología o su bienestar personal al del interés colectivo. Por el bien de México y de su desarrollo es momento de cerrar filas y de apoyar. Cada granito de arena suma.