/ miércoles 22 de enero de 2020

Un Viaje en libertad

Tradición e identidad


Estaba en el trabajo y de pronto me encontré tarareando una canción de “Cri Cri” de mi infancia, entusiasmado por revivir aquellos recuerdos de cuando mis padres me dejaban en la escuelita, puse la música alta en mi celular.

Normalmente uno pensaría: “Qué pena, un adulto escuchando música infantil”, pero cuál fue mi sorpresa al escuchar a mis compañeros cantar a su paso por el área y generarse un ambiente de alegría. No me esperaba tan agradable reacción y tan bonitos recuerdos que llegaban a mí, me tuve que aguantar para no llorar enfrente de los demás.

Con esto aprendí dos cosas: Todos tenemos aún nuestro corazoncito de niño aunque finjamos ser ya unos adultos y nuestra identidad está definida por nuestro pasado, no por lo que está por venir.

¿A qué me refiero con esto? Bien, pues mientras recordaba quién era yo con mi infancia, también me acordaba de amigos y conocidos que no sabían quiénes eran, que cambiaban constantemente de estilo de vida en busca de aquel que los definiera por quien querían ser, sin darse cuenta que ya lo tenían, solo debían recordarlo y sobre todo aceptarlo.

¿Recuerdas aquellos árboles de cuando salías a caminar con tus papás al parque, aquellos calcetines que te amarraban en las rodillas cuando aprendías a andar en bicicleta, cuando tu mamá hacía tortillas de harina y tú estabas ahí esperando a que salieran del comal para robarte una, que te contaban un cuento antes de dormir, que te hacían juegos de mesa de cartulinas y frijoles? Recuerda, pues todo eso y mucho más es lo que eres.

Creía que la tradición era algo que te limitaba a evolucionar, pero ahora veo que realmente es el motivador a seguir creciendo, como un gran árbol donde raíces sólidas y profundas son la cultura y tradición que te han formado, ésa es la base con la que jamás podrán derribarte las adversidades que vengan.

Ve amiga, ve amigo, encuéntrate de nuevo con tu niñez y revive las tradiciones de tu familia, reúnete los domingos con todos, pídele a tu mamá que te haga tortillas como cuando eras pequeño, haz tortillas a tus niños como te las hacían a ti, ¡recuerda todo lo bonito que te formó y compártelo! Que tus abuelos, padres, tú y los tuyos vivan eternamente en el amor y tradición de tu familia.

“Había un chorrito, se hacía grandote, se hacía chiquito….”: “Cri Cri”.

Tradición e identidad


Estaba en el trabajo y de pronto me encontré tarareando una canción de “Cri Cri” de mi infancia, entusiasmado por revivir aquellos recuerdos de cuando mis padres me dejaban en la escuelita, puse la música alta en mi celular.

Normalmente uno pensaría: “Qué pena, un adulto escuchando música infantil”, pero cuál fue mi sorpresa al escuchar a mis compañeros cantar a su paso por el área y generarse un ambiente de alegría. No me esperaba tan agradable reacción y tan bonitos recuerdos que llegaban a mí, me tuve que aguantar para no llorar enfrente de los demás.

Con esto aprendí dos cosas: Todos tenemos aún nuestro corazoncito de niño aunque finjamos ser ya unos adultos y nuestra identidad está definida por nuestro pasado, no por lo que está por venir.

¿A qué me refiero con esto? Bien, pues mientras recordaba quién era yo con mi infancia, también me acordaba de amigos y conocidos que no sabían quiénes eran, que cambiaban constantemente de estilo de vida en busca de aquel que los definiera por quien querían ser, sin darse cuenta que ya lo tenían, solo debían recordarlo y sobre todo aceptarlo.

¿Recuerdas aquellos árboles de cuando salías a caminar con tus papás al parque, aquellos calcetines que te amarraban en las rodillas cuando aprendías a andar en bicicleta, cuando tu mamá hacía tortillas de harina y tú estabas ahí esperando a que salieran del comal para robarte una, que te contaban un cuento antes de dormir, que te hacían juegos de mesa de cartulinas y frijoles? Recuerda, pues todo eso y mucho más es lo que eres.

Creía que la tradición era algo que te limitaba a evolucionar, pero ahora veo que realmente es el motivador a seguir creciendo, como un gran árbol donde raíces sólidas y profundas son la cultura y tradición que te han formado, ésa es la base con la que jamás podrán derribarte las adversidades que vengan.

Ve amiga, ve amigo, encuéntrate de nuevo con tu niñez y revive las tradiciones de tu familia, reúnete los domingos con todos, pídele a tu mamá que te haga tortillas como cuando eras pequeño, haz tortillas a tus niños como te las hacían a ti, ¡recuerda todo lo bonito que te formó y compártelo! Que tus abuelos, padres, tú y los tuyos vivan eternamente en el amor y tradición de tu familia.

“Había un chorrito, se hacía grandote, se hacía chiquito….”: “Cri Cri”.

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