/ sábado 27 de marzo de 2021

Vivir fuera del erario, es vivir en el error

En la pintoresca “polaca” mexicana se puede encontrar de todo. Luchadores, strippers, exactrices de cines de ficheras, jugadores de futbol, primos enfrentándose a sus otros primos por pertenecer a partidos políticos diferentes, médicos, abogados, personas con estudios limitados y un sinfín de características que hacen de la función pública mexicana única en el mundo.

Probar la miel del presupuesto público convierte en adicto a casi todo funcionario, que decir de los elegidos por el pueblo sabio y bueno, que más le vale estas próximas elecciones tener memoria y ser más selectivo y no votar masivamente por conocido partido de tono guinda.

Cual caballo de troya se han infiltrado para los próximos comicios personajes pintorescos y únicos, uno que en su momento fue y sigue siendo el principal enemigo y temor de los firulaises sanluisinos, quien al parecer se dio cuenta que es más rentable económicamente la “polaca” que ejercer su profesión.

Cuenta con seguidores imbatibles, leales y una retórica envidiable, sabe moverse con inteligencia y acomoda eficientemente sus fichas cartas al jugar, es efectivo al negociar, leal con su gente, por ello lo siguen ciegamente.

En estos días conocer a un político que sea agradecido con las personas que le fueron leales es casi imposible. Cumple, cuida y apoya a quienes son leales a él y su proyecto, he ahí una de las claves de su éxito, pues podrán decir misa, pero muchos de los “polacos” que traen a la gente chambeando y apoyándoles, nomás terminan su campaña y aplican el si te vi ni me acuerdo, en cambio éste no.

Cada elección se fortalece más y fortalece a su grupo de trabajo. Brincando de aquí para allá, ha sabido levantar partidos políticos y moverse donde le sea más conveniente. Si logra su siguiente movimiento político, salir victorioso en las próximas elecciones, será un parteaguas para aparecer en las boletas de 2024 como candidato a alcalde por San Luis, después tal vez intente ser gobernador. Hay que reconocerle su inteligencia para moverse y escalar políticamente, pues nunca pierde del todo en cada elección, siempre consigue algo que le mantiene vigente, activo.

De qué sirve fomentar la participación ciudadana si en cada elección se ven los apellidos de siempre, mismos nombres, solo con otro color, otra camiseta, pues se dieron cuenta que se puede pasar toda una vida ganando miles y miles de pesos a costa del pueblo. El sueño mexicano no es sacarse la lotería, el sueño mexicano consiste en convertirse en funcionario, pues ahí es cuando llegan para servirse, no para servir. Ésa es una de las principales aspiraciones de la mayoría de los candidatos en México, llegar para servirse, no para servir.

En las siguientes elecciones que no te engañen, hay lobos que se han vestido con piel de oveja, ya no veas solo el color guinda, mejor estudia a cada candidato, recuerda que los zorros pueden perder el pelaje, pero igual continúan siendo zorros.

Las elecciones parece que serán prianistas vs. prianistas, pues se adueñaron de la última “esperanza” que quedaba.


En la pintoresca “polaca” mexicana se puede encontrar de todo. Luchadores, strippers, exactrices de cines de ficheras, jugadores de futbol, primos enfrentándose a sus otros primos por pertenecer a partidos políticos diferentes, médicos, abogados, personas con estudios limitados y un sinfín de características que hacen de la función pública mexicana única en el mundo.

Probar la miel del presupuesto público convierte en adicto a casi todo funcionario, que decir de los elegidos por el pueblo sabio y bueno, que más le vale estas próximas elecciones tener memoria y ser más selectivo y no votar masivamente por conocido partido de tono guinda.

Cual caballo de troya se han infiltrado para los próximos comicios personajes pintorescos y únicos, uno que en su momento fue y sigue siendo el principal enemigo y temor de los firulaises sanluisinos, quien al parecer se dio cuenta que es más rentable económicamente la “polaca” que ejercer su profesión.

Cuenta con seguidores imbatibles, leales y una retórica envidiable, sabe moverse con inteligencia y acomoda eficientemente sus fichas cartas al jugar, es efectivo al negociar, leal con su gente, por ello lo siguen ciegamente.

En estos días conocer a un político que sea agradecido con las personas que le fueron leales es casi imposible. Cumple, cuida y apoya a quienes son leales a él y su proyecto, he ahí una de las claves de su éxito, pues podrán decir misa, pero muchos de los “polacos” que traen a la gente chambeando y apoyándoles, nomás terminan su campaña y aplican el si te vi ni me acuerdo, en cambio éste no.

Cada elección se fortalece más y fortalece a su grupo de trabajo. Brincando de aquí para allá, ha sabido levantar partidos políticos y moverse donde le sea más conveniente. Si logra su siguiente movimiento político, salir victorioso en las próximas elecciones, será un parteaguas para aparecer en las boletas de 2024 como candidato a alcalde por San Luis, después tal vez intente ser gobernador. Hay que reconocerle su inteligencia para moverse y escalar políticamente, pues nunca pierde del todo en cada elección, siempre consigue algo que le mantiene vigente, activo.

De qué sirve fomentar la participación ciudadana si en cada elección se ven los apellidos de siempre, mismos nombres, solo con otro color, otra camiseta, pues se dieron cuenta que se puede pasar toda una vida ganando miles y miles de pesos a costa del pueblo. El sueño mexicano no es sacarse la lotería, el sueño mexicano consiste en convertirse en funcionario, pues ahí es cuando llegan para servirse, no para servir. Ésa es una de las principales aspiraciones de la mayoría de los candidatos en México, llegar para servirse, no para servir.

En las siguientes elecciones que no te engañen, hay lobos que se han vestido con piel de oveja, ya no veas solo el color guinda, mejor estudia a cada candidato, recuerda que los zorros pueden perder el pelaje, pero igual continúan siendo zorros.

Las elecciones parece que serán prianistas vs. prianistas, pues se adueñaron de la última “esperanza” que quedaba.