/ sábado 8 de agosto de 2020

Voto, luego existo

Durante la preparatoria en clases de Filosofía Moderna, había un profesor apasionado por la asignatura, le encantaba. ¿Y es que quién podría negarle amor a la sabiduría? Tal vez pocos, tal vez nadie. “Cogito ergo sum”, de Rene Descartes y su duda metódica retumbaban en las paredes de aquel salón de la escuela. Pienso y luego existo era parte de su filosofía. Para el político mexicano es votar para luego poder existir, en pocas palabras, si no votas eres inexistente.

¿Le gustaría vivir en un país, estado o ciudad donde se atienden las necesidades de todos para mejorar la calidad de vida? ¿Un país donde no solamente se arreglen las cosas por encimita y se ataque el problema de raíz? Quién no lo quisiera.

Ese país es posible, existe una manera para que las necesidades y problemas sean atacados todos los días por el gremio político y no solamente cada 3 o 6 años en las respectivas elecciones. La solución es hacer las elecciones cada año, así se garantiza que todos los partidos políticos, diputados, alcaldes, gobernadores e incluso hasta el área administrativa de las dependencias de gobierno hagan su trabajo con el entusiasmo, dedicación, amor y altruismo que solo se logra en época electoral.

Y es que nada motiva y pone a trabajar de manera rápida y eficiente a las dependencias de gobierno y aspirantes más que la posibilidad de perder o ganar el tan añorado “hueso” precioso que otros anhelan poseer. La cuchara del presupuesto con la que desean servirse y no servir.

Hace algunos años, previo a las elecciones pasadas, una de las colonias con mayor necesidad de la ciudad fue beneficiada y bendecida por todos los aspirantes al “hueso” precioso. Pipas de agua invadieron la colonia Topahue en aquellos días calurosos, caravanas de autos con despensa y otros productos recordaron aquellos “tsunamis” de comida que diera un conocido exalcalde de San Luis, recordado por su aparente desprecio por la vida canina.

Pasó la elección y por arte de magia esa colonia y esas personas desaparecieron del mapa para todos los partidos políticos aspirantes al “hueso” precioso 2018 -2021, simplemente dejaron de existir. Ahora solo se les ve en redes sociales siguiendo sigilosamente los movimientos del gobierno en turno para hacer declaraciones contrarias, que bien o mal es parte de la chamba, la crítica siempre será bien recibida y necesaria, pero de ayudar como en tiempo electoral, ni sus luces.

Ni las altas temperaturas o la pandemia han logrado lo que solo el tiempo de elecciones consiguió, dotar de existencia a los habitantes de esa colonia. Hoy pocos ayudan, como siempre, una parte de la ciudadanía que no espera el tan añorado “hueso” anda haciendo colectas y repartiendo un poco de alimento en dichas áreas que lo requieren.

No vote y luego exista, mejor exista, tome toda la ayuda que pueda y luego vote por quien quiera, no se deje influenciar ni comprar que, al término del período electoral, usted ya habrá quedado en el olvido para la mayoría de los partidos políticos y candidatos que perdieron la elección.


Durante la preparatoria en clases de Filosofía Moderna, había un profesor apasionado por la asignatura, le encantaba. ¿Y es que quién podría negarle amor a la sabiduría? Tal vez pocos, tal vez nadie. “Cogito ergo sum”, de Rene Descartes y su duda metódica retumbaban en las paredes de aquel salón de la escuela. Pienso y luego existo era parte de su filosofía. Para el político mexicano es votar para luego poder existir, en pocas palabras, si no votas eres inexistente.

¿Le gustaría vivir en un país, estado o ciudad donde se atienden las necesidades de todos para mejorar la calidad de vida? ¿Un país donde no solamente se arreglen las cosas por encimita y se ataque el problema de raíz? Quién no lo quisiera.

Ese país es posible, existe una manera para que las necesidades y problemas sean atacados todos los días por el gremio político y no solamente cada 3 o 6 años en las respectivas elecciones. La solución es hacer las elecciones cada año, así se garantiza que todos los partidos políticos, diputados, alcaldes, gobernadores e incluso hasta el área administrativa de las dependencias de gobierno hagan su trabajo con el entusiasmo, dedicación, amor y altruismo que solo se logra en época electoral.

Y es que nada motiva y pone a trabajar de manera rápida y eficiente a las dependencias de gobierno y aspirantes más que la posibilidad de perder o ganar el tan añorado “hueso” precioso que otros anhelan poseer. La cuchara del presupuesto con la que desean servirse y no servir.

Hace algunos años, previo a las elecciones pasadas, una de las colonias con mayor necesidad de la ciudad fue beneficiada y bendecida por todos los aspirantes al “hueso” precioso. Pipas de agua invadieron la colonia Topahue en aquellos días calurosos, caravanas de autos con despensa y otros productos recordaron aquellos “tsunamis” de comida que diera un conocido exalcalde de San Luis, recordado por su aparente desprecio por la vida canina.

Pasó la elección y por arte de magia esa colonia y esas personas desaparecieron del mapa para todos los partidos políticos aspirantes al “hueso” precioso 2018 -2021, simplemente dejaron de existir. Ahora solo se les ve en redes sociales siguiendo sigilosamente los movimientos del gobierno en turno para hacer declaraciones contrarias, que bien o mal es parte de la chamba, la crítica siempre será bien recibida y necesaria, pero de ayudar como en tiempo electoral, ni sus luces.

Ni las altas temperaturas o la pandemia han logrado lo que solo el tiempo de elecciones consiguió, dotar de existencia a los habitantes de esa colonia. Hoy pocos ayudan, como siempre, una parte de la ciudadanía que no espera el tan añorado “hueso” anda haciendo colectas y repartiendo un poco de alimento en dichas áreas que lo requieren.

No vote y luego exista, mejor exista, tome toda la ayuda que pueda y luego vote por quien quiera, no se deje influenciar ni comprar que, al término del período electoral, usted ya habrá quedado en el olvido para la mayoría de los partidos políticos y candidatos que perdieron la elección.