Los ochenta se niegan a irse. Los 11 conciertos de Matute en Estados Unidos lo comprueban. Todos fueron sold out y sucedieron hace apenas pocos días. Jorge D’Alessio, líder y fundador de esta banda que revive el pop ochentero como pocas, lo reconoce: es un privilegiado. No cualquiera tiene la oportunidad de trabajar y sentirse joven al mismo tiempo.
Tres directrices definen el éxito de Matute: el streaming, las presentaciones en vivo y los vínculos generacionales. Sin ellas, reconoce D’Alessio, el grupo difícilmente hubiera llegado a donde está ahora: en una gira que se extiende por México y Estados Unidos aun en pandemia.
Para entender cómo es que Flans, Timbiriche, Daniela Romo o Marisela (por mencionar sólo a algunos de los artistas que reinterpreta Matute) sobreviven generación tras generación, es necesario pensar en los nuevos formatos musicales. El streaming permite a las personas armar playlists tan eclécticas que es difícil saber si éstas fueron creadas por un joven de preparatoria o un cincuentón que está a punto de jubilarse.
"Sin duda las plataformas han sido muy útiles para Matute. Han sido una bendición. Un día nos habla el director de marketing (de la banda) para decirnos que nos acababan de añadir a varias listas de reproducción muy importantes de Spotify. (Hoy) estamos en más de 100 playlists, de las más reproducidas en México, Estados Unidos y Sudamérica. Eso nos ha abierto las puertas (al extranjero). ¿O cómo te explicas que Matute haya tocado en Moscú en 2018?”, dice en entrevista el hijo de Lupita D’Alessio, quien también tiene una larga trayectoria como productor.
El show más grande que viene para Matute es el del 4 de noviembre en la Arena Ciudad de México, donde presentarán su ya conocido espectáculo Planeta Retro Tour. De hecho, este concierto ya estaba programado desde mucho antes, pero la pandemia obligó a la agrupación a parar un poco.
Para D’Alessio, otro factor que ha influido en el ascenso de Matute desde 2013 es el vínculo emocional entre generaciones.
“Creemos que ha ayudado mucho nuestra familia ochentera. Sabemos que el tronco del árbol para este grupo es nuestra generación, pero también que los papás ponen nuestros discos en las carreteras, en las pedas, o en las reuniones, y es ahí donde sus hijos encuentran letras que quizás son complicadas de hallar actualmente. Y no me refiero a letras necesariamente profundas, porque en los 80 hubo canciones tremendamente bobas, pero que son muy divertidas”, comparte D’Alessio.
Tana Planter, la vocalista de Matute, lo resume así: “Algo debe de tener una canción si trasciende 40 años”.
Con Matute, dice D’Alessio, las nuevas generaciones se encontraron con un show sin etiquetas, donde se pasa de Daniela Romo a Rigo Tovar; de Enanitos Verdes a Parchís; de Soda Stereo a Kiss.
“Aunque nuestros DVD’s y las plataformas y los videos en YouTube nos abrieron la puerta en otros países, creemos que la experiencia de Matute es en vivo. Matute no sólo es una banda. También es toda la información multimedia que sucede en el escenario: la batería que vuela y es perseguida desde las pantallas por Donkey Kong, o la canción Visita nuestro bar, de Hombres G, mientras las pantallas están llenas de las estampas de Garbage Pail Kills. De algún modo, Matute apela a los vínculos visuales, auditivos y emocionales entre padres e hijos”, afirma D’Alessio, quien adelanta que su mamá, Lupita D’Alessio, estará entre los invitados que actuarán con Matute en el concierto de la Arena Ciudad de México.