La escena musical emergente se ha caracterizado por ser disruptiva y transgresora con los mensajes que envía a través de sus canciones. Desde el movimiento del rock en español hasta los sonidos más contemporáneos, los artistas independientes son portavoces de causas y movimientos de relevancia social. Y la comunidad LGBT+ no es una excepción.
Un número grande de artistas en nuestro país buscan a través de la música llevar mensajes de inclusión y respeto por la comunidad LGBT+. Crash Yeye y Renee Goust son dos de ellos.
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“Somos muchos los artistas que estamos picando piedra para lograr ese sueño. Y la intención no es más que llevar tu mensaje y tu sello, transmitir esa esencia que quieres”, dice Crash Yeye, quien hace un año comenzó su carrera musical.
En México existe un sinfín de exponentes musicales LGBT+, asegura el cantante. “Todos en México son muy atrevidos, tienen talento al 100 y quieren ser escuchados”. Sin embargo, pocas voces –o casi nulas– son escuchadas por todo el público ya que aún no existe el apoyo suficiente para impulsarlas.
“Para hacerlo sólo falta que las industria musical elija a las personas adecuadas y les ayuden a tener una voz más grande que pueda llevar ese mensaje a otras personas. Falta apoyo de la industria y es importante que sepan que eso es para sumar, no para restar”.
Crash Yeye debutó como cantante pocas semanas después de iniciar la pandemia. Si bien su estilo musical es principalmente el pop rock, su más reciente sencillo Tóxico amor, es un tema que con un estilo electropop con tintes urbanos habla de los conflictos de una relación amorosa, sin etiquetas ni estereotipos, simplemente una pareja enamorada.
“No quería hacer una canción triste u oscura, quería algo que fuera lo opuesto a lo que decía y transmitir algo distinto que enviara un mensaje de superación. Es algo nostálgico pensar en un amor que no fue correspondido de la misma manera, que fue tóxico que estuvo muy feo y no trajo nada positivo. Y quería enviar este mensaje de que aún con las cosas malas se puede aprender algo”.
Crash Yeye participará hoy como uno de los conductores de la Marcha del Orgullo LGBT de la Ciudad de México, que por segundo año consecutivo se realizará de manera digital debido a la pandemia del Covid-19.
“Se trata de apoyar a la comunidad para ser escuchados y vistos. Estamos hablando de que pasamos de ser invisibles a ser totalmente visibles. Así que hay mucho que festejar y celebrar. Yo estoy muy contento de que me hayan invitado, será mi primera experiencia conduciendo y me tocará compartir escenario con otros grandes”.
Renee Goust, por su parte, es una artista independiente cuya música basada en el lenguaje incluyente busca posicionar las historias de lesbianas y mujeres trans. Y no sólo eso, sino que a través del regional mexicano resignificar la tradición musical que por muchos años ha sido dominada mayormente por hombres.
“Nuestra música mexicana es hermosa, pero también a veces es violenta y machista, con mensajes que no creo que construyan positivamente en nuestra sociedad. Y creo que poder transmitir un mensaje que promueva el respeto, el amor propio, el empoderamiento en un género de ranchero es importante; esa es la idea central”, comenta en entrevista.
En su colección musical, Renee tiene canciones como El corrido de Sylvia Rivera, que a través de un género que suele enfocarse a contar noticias violentas o sobre la inseguridad en México busca darle otro sentido para llevar las historias de la comunidad homosexual.
“Sylvia Rivera es una heroína activista para las mujeres trans. Y a estas mujeres a veces no se les reconoce tanto en su lucha por la comunidad. Y hacerlo en un corrido me parece doblemente transgresor por los mensajes que suelen dar este tipo de canciones”.
Su historia musical comenzó en 2017 con La cumbia feminazi, que con un ritmo bailable defiende la posición de las mujeres que salen a las calles a defender sus derechos humanos.
La cantante lanzó a finales de mayo Resister, su primer álbum de estudio. El material de ocho canciones contó con apoyos de The New York Women’s Foundation, por lo cual la cantante decidió cobijarse de un equipo 100 por ciento femenino para su desarrollo.
“Fue un equipo grande, de aproximadamente 27 artistas. No fue algo con intención separatista, sino para poner los fondos de la ciudad de Nueva York en las manos de quien deben estar: las mujeres. La ingeniera, producción, el masterin incluso hasta quien lleva la prensa en la compañía de relaciones públicas es mujer. Hubo un esfuerzo consciente por hacerlo de esta manera”.
Renee Goust le canta a las mujeres, específicamente a la comunidad LBT+: “Excluyo la G porque me parece que los gays son los portavoces del movimiento. Hay que hablar de los privilegios, porque como hombre tienes más visibilidad y que durante mucho tiempo han representado a la comunidad LGBT. Así que pensé en hacer un disco para el resto del movimiento”.
Crash Yeye y Renee Goust comparten sus mensajes de inclusión a través de la música para potenciar las voces que exigen respeto por sus derechos humanos y un alto a los homicidios y agresiones contra los homosexuales y la comunidad trans.