Los pepenadores que trabajan en el basurero a cielo abierto deeste municipio y quienes juegan un papel fundamental para laseparación y aprovechamiento de los residuos sólidos, ponen enriesgo su salud al exponerse a los gases que genera la acumulaciónde desperdicio. TRIBUNA de San Luis acudió al lugar ubicado haciael sureste de la ciudad, donde se pudo observar alrededor de 30personas, entre jóvenes y adultos que se emplean en el basurero,sin embargo, no utilizan protección alguna como guantes especialeso cubre bocas, por lo que se exponen a las emanacionescontaminantes y sobre todo a los lixiviados, que son residuoslíquidos tóxicos que se generan por la acumulación de agua,calor y mezcla de los contaminantes orgánicos. Para Miguel ÁngelSalazar Sánchez, de 33 años de edad, dijo que a pesar de soportarlas temperaturas extremas de calor bajo un sol intenso, no leimporta estar bajo duras jornadas pepenando la basura, con tal dellevar el sustento a su hogar, pues tiene familia que mantener.Comentó que en el tiempo que ha estado en el lugar, nunca le hatocado que las autoridades de salud vayan al sitio a brindarlesservicios de salud, con alguna campaña de vacunación contra eltétano o algunas otras infecciones, “tan solo hace unas tressemanas vinieron del DIF y nos regalaron sobrecitos de suero oralpor la calor”. En entrevistado dijo carecer de algún seguromédico o prestación. Conozca más testimonios y más informacióneste domingo en la edición impresa de TRIBUNA.
Los pepenadores que trabajan en el basurero a cielo abierto deeste municipio y quienes juegan un papel fundamental para laseparación y aprovechamiento de los residuos sólidos, ponen enriesgo su salud al exponerse a los gases que genera la acumulaciónde desperdicio. TRIBUNA de San Luis acudió al lugar ubicado haciael sureste de la ciudad, donde se pudo observar alrededor de 30personas, entre jóvenes y adultos que se emplean en el basurero,sin embargo, no utilizan protección alguna como guantes especialeso cubre bocas, por lo que se exponen a las emanacionescontaminantes y sobre todo a los lixiviados, que son residuoslíquidos tóxicos que se generan por la acumulación de agua,calor y mezcla de los contaminantes orgánicos. Para Miguel ÁngelSalazar Sánchez, de 33 años de edad, dijo que a pesar de soportarlas temperaturas extremas de calor bajo un sol intenso, no leimporta estar bajo duras jornadas pepenando la basura, con tal dellevar el sustento a su hogar, pues tiene familia que mantener.Comentó que en el tiempo que ha estado en el lugar, nunca le hatocado que las autoridades de salud vayan al sitio a brindarlesservicios de salud, con alguna campaña de vacunación contra eltétano o algunas otras infecciones, “tan solo hace unas tressemanas vinieron del DIF y nos regalaron sobrecitos de suero oralpor la calor”. En entrevistado dijo carecer de algún seguromédico o prestación. Conozca más testimonios y más informacióneste domingo en la edición impresa de TRIBUNA.