Se estima que en San Luis Río Colorado existe una problemática de consumo crónico de drogas en alrededor de 2 mil mujeres, sin embargo, el número de consumo social es aún mayor porque cada vez se involucran a más temprana edad.
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Así lo informó la especialista en tratamiento contra las adicciones, Laura Martínez Dunstan, directora del Centro Especial para Adictos (CEA) área femenil, quien añadió que la cifra anterior se determina en base a la cantidad de mujeres que han ingresado al centro de tratamiento y que luego de egresar siguen presentando consumo de sustancias nocivas para la salud física y mental.
Señaló que actualmente hay un alto porcentaje de población femenina inversa en el mundo de las drogas, que presentan un consumo social, es decir, integran las sustancias al estilo de vida habitual y no solicitan apoyo para dejar de ingerirlas.
Laura Martínez mencionó que según datos arrojados en reciente Encuesta Nacional de las Adicciones se presenta un aumento significativo de drogas en las mujeres jóvenes, debido a que se relacionan con grupos consumidores, incluso desde la etapa de la adolescencia, lo cual considera muy preocupante.
Es necesario, dijo, trabajar en el aspecto de la prevención de sustancias ilegales, pero también de otras cuya venta está permitida, refiriéndose al alcohol porque, generalmente, empiezan con este tipo de bebidas.
En este momento, en el CEA se encuentran recibiendo tratamiento mujeres que están en un rango de edad de 14 a 59 años, de ellas el 80% consumía cristal y en menor porcentaje fentanilo y otras drogas.
Cada año llegan al CEA aproximadamente 250 mujeres, aunque en 2020 solo se atendieron 150 a lo largo del año por las restricciones sanitarias emitidas por las autoridades de salud en tiempos de pandemia, aunado a las dificultades económicas que presentaron algunas personas para internar a sus familiares.
Por último, Martínez Dunstan puntualizó que las usuarias de drogas participan en programas de reinserción social en los cuales se brinda capacitación laboral para que al salir del centro de tratamiento puedan integrarse exitosamente a la vida productiva y, de esta manera, obtengan recursos económicos que les permitan cubrir sus gastos y, en el caso de quienes son madres de familia, puedan sacar adelante a sus hijos.