Con un doble muro perimetral el gobierno del presidente Donald Trump busca impedir el tráfico de personas, de armas y drogas con destino a territorio estadounidense a la altura del Este de San Luis, Arizona, frontera que colinda con los límites entre Baja California y Sonora.
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A tan solo 45 metros de distancia del antiguo muro, uno nuevo está en construcción el cual llega a reforzar al ya instalado que –según los datos- ha sido burlado por migrantes y traficantes de indocumentados.
“Se trata de largas barreras de acero de nueve metros de altura que van paralelas, creando una zona de reforzamiento al Sur del campo de pruebas militares Barry M. Goldwater”, esto según la Patrulla Fronteriza del Sector Yuma.
El proyecto final espera fincar 50 kilómetros de una segunda barrera física, con lo que, al final se sumaría a poco menos de 65 kilómetros del muro adicional en la zona desértica que colinda con el poblado Los Algodones.
El presupuesto para la segunda barda fronteriza, emana de los mismos fondos militares que fueron desviados recientemente para la construcción del muro.
MAYOR TRÁFICO
El agente José Garibay, vocero de la Patrulla Fronteriza dijo que el área en mención es una de las zonas de la frontera de Yuma, por la que mayor tráfico ilegal detectan, seguido del canal Sánchez Mejorada, que recientemente fue reforzado con líneas de acero y alambre de púa.
“Esta es un área en la que usualmente hombres y mujeres viajan solos para cruzar y evadir ser aprehendidos por diferentes razones como porque están transportando narcóticos, tráfico humano o tienen historial criminal en los Estados Unidos”, expresó.
Tan solo durante el último par de años fiscales, la zona desértica al Este del condado de Yuma, Arizona, fue la que mayor ingreso de extranjeros irregulares detectó, un número importante de éstos al pisar suelo norteamericano, solicitaron al gobierno someterse al proceso legal para ayuda del tipo humanitaria.
