Esta ciudad cautivó hace casi medio siglo a Leonel Galarza quien llegó a los 20 años de edad procedente del sur del país, con la intención de buscar a su mamá y trabajar por un tiempo, pero aquí se quedó y en la actualidad vive en el albergue para ancianos “Villa del abuelo”.

El señor Galarza pasó su infancia en Huetamo, Michoacán y creció en Petatlán, Guerrero, al lado de familiares que se hicieron cargo de él y dos hermanos menores, luego de que sus padres se divorciaron.

En entrevista realizada en la “Villa del abuelo”, platicó que ante las difíciles circunstancias de la vida que tuvo que enfrentar desde niño, se integró al trabajo en los campos agrícolas de Petatlán cuando tenía 12 años de edad.

“Empecé a trabajar muy chico en el campo porque me expulsaron de la escuela por travieso. Trabajé con arado y todo, hacía surcos para sembrar ajonjolí y maíz” externó Leonel Galarza.

DE JORNALERO A CARPINTERO

A este municipio vino en busca de su mamá, a quien hacía muchos años que no miraba y la encontró. Ella, su madre, lamentablemente falleció hace 10 años, a la edad de 100.

En esta frontera se desempeñó en diversos trabajos en los que desarrolló los oficios de jornalero agrícola y carpintero. Actualmente recibe el pago de una pensión que le ayuda a cubrir gastos personales.

Leonel nunca se ha casado ni ha tenido hijos. Tampoco ve a su familia porque radican en Michoacán y por ahora vive en las instalaciones del albergue “Villa del abuelo”, donde recibe atención y los cuidados que requiere como adulto mayor. Sin embargo, no es visitado por familiares.

Con agrado externó que su comida favorita es el pollo, papas, huevos y frijoles. Incluso se mostró contento porque un día antes de esta entrevista comió habas preparadas por personal de la “Villa del abuelo”, un platillo que hace mucho no disfrutaba y que lo hizo trasladarse, imaginariamente, al lugar donde nació, Huetamo, Michoacán.