/ lunes 23 de marzo de 2020

Es afilador desde hace 54 años y recorre las calles en “bici”

Juan Morales sale de su casa todos los días con la intención y ganas de trabajar

Juan Morales Ramírez es un hombre de 67 años de edad que se dedica desde hace poco más de 5 décadas a un oficio de tuvo su origen a finales del siglo XVII, el de afilador de cuchillos, un trabajo que aprendió cuando era niño y a la fecha lo sigue desempeñando para llevar el sustento diario a su hogar

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Todos los días, Don Juan recorre las calles de la ciudad montado en su bicicleta en la que carga un cajón de madera que contiene herramientas como un motor y esmeril eléctrico, esmeril manual, pinzas, martillo, desarmador y también accesorios para reparar su medio de transporte, por ejemplo, parches y bomba de aire para las llantas.

Juan Morales contó que nació en Vicente Camalote, Oaxaca, donde pasó parte de su infancia, pero a los 11 años de edad salió de su casa, solo, huyendo de situaciones difíciles y jamás regresó.

"En Vicente Camalote viví casi toda mi niñez. Ahí fui a la escuela. Llegué hasta tercero de primaria. A cuarto ya no entré. No era muy bueno para los estudios. Con decirte que primer año lo repetí dos veces. Era muy burro, o sea, no aprendía bien, por eso mejor ya no fui. Me puse a trabajar cortando caña. Mi papá tenía cañaverales y yo le ayudaba", externó.

Don Juan Morales “saca” filo a los cuchillos, tijeras, machetes y otros objetos / Alonso Moreno | Tribuna de San Luis

Con tono de voz nostálgica, Juan Morales comentó que tuvo una infancia difícil, debido a que en su casa no recibió un buen trato por eso huyó de su hogar cuando tenía 11 años.

"Me fui primero a Veracruz, luego a Michoacán, Tamaulipas y a otros estados hasta que llegué a Sonora. A San Luis Río Colorado me vine en 1980, hace 40 años y aquí me quedé. Me casé y tuve dos hijas a quienes críe yo solo. Me hice cargo de ellas desde que tenían 2 y 4 años. Ahorita ya están grandes. Ya se casaron", detalló,

Don Juan recordó que aprendió a afilar cuchillos en Orizaba, Veracruz, cuando tenía 13 años, pues a esa edad fue pareja de una señora de 35 que tenía hijos dedicados a este oficio, quienes le enseñaron a realizarlo y desde entonces lo practica.

TRABAJA DESDE NIÑO

El trabajo de afilador de cuchillos lo ha combinado, temporalmente, desde que era adolescente, con otros como ayudante de albañil, jardinero y pintor, solo por mencionar algunos, ya que ha tenido que desarrollar diversos oficios a lo largo de su vida para poder sobrevivir, ya que desde niño se independizó económicamente de sus padres.

"Desde niño tuve que vivir en casas ajenas para que me dieran un taco, aunque siempre he trabajado. Mi vida ha sido muy triste. Pero a pesar de eso, me levanto cada mañana con ánimo para salir a trabajar. Con el trabajo de afilador me iba muy bien hace años cuando muchas personas acostumbraban a sacarle filo a sus cuchillos, tijeras, hachas, machetes. Luego llegaron las tiendas de un precio y la gente empezó a comprar de 10 pesos y eso bajó la clientela", externó.

Para Juan la vida no ha sido fácil, pues a los 11 años huyó de la casa de sus padres y tuvo que trabajar / Alonso Moreno | Tribuna de San Luis

"A veces salgo a trabajar y me regreso a la casa sin dinero porque no afilo ningún cuchillo. Es muy triste eso porque uno sale con la intención y ganas de trabajar. Aunque gracias a Dios no falta quien me ofrezca un taco a donde llego", dijo.

LLAMA A LA PUERTA CON EL SILBATO DE AFILADOR

Durante muchos años, Juan Morales recorrió las calles de este municipio caminando hasta que pudo comprarse una bicicleta, lo cual le hace el trabajo más fácil y puede visitar una mayor cantidad de casas a las que toca la puerta con el característico silbato de los afiladores de cuchillos.

Este silbato es especial, no lo venden en esta ciudad, por lo que debe mandarlo traer de Guanajuato.

El trabajar en la calle es peligroso, pues Don Juan ha sido atropellado en tres ocasiones, por eso tiene un hombro lastimado y ha sido víctima de los delincuentes que le han robado varias bicicletas. Al trabajar con su cuenta, no tiene seguridad social y tampoco espera el pago de una pensión por tantos años trabajados.

Todos los días, Juan Morales sale a la calle montado en su bicicleta en busca de clientes, a quienes llama accionando el silbato que identifica a los afiladores de cuchillos / Alonso Moreno | Tribuna de San Luis

Agradeció la preferencia de sus clientes y de la gente que le ha brindado su amistad en esta ciudad, entre los que nombró al profesor Luis Ballesteros y a su esposa, quienes cuando sus hijas estaban pequeñas lo apoyaron incondicionalmente.

Las personas que deseen solicitar los servicios de Don Juan pueden comunicarse al teléfono 6531114928.

Juan Morales Ramírez es un hombre de 67 años de edad que se dedica desde hace poco más de 5 décadas a un oficio de tuvo su origen a finales del siglo XVII, el de afilador de cuchillos, un trabajo que aprendió cuando era niño y a la fecha lo sigue desempeñando para llevar el sustento diario a su hogar

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Todos los días, Don Juan recorre las calles de la ciudad montado en su bicicleta en la que carga un cajón de madera que contiene herramientas como un motor y esmeril eléctrico, esmeril manual, pinzas, martillo, desarmador y también accesorios para reparar su medio de transporte, por ejemplo, parches y bomba de aire para las llantas.

Juan Morales contó que nació en Vicente Camalote, Oaxaca, donde pasó parte de su infancia, pero a los 11 años de edad salió de su casa, solo, huyendo de situaciones difíciles y jamás regresó.

"En Vicente Camalote viví casi toda mi niñez. Ahí fui a la escuela. Llegué hasta tercero de primaria. A cuarto ya no entré. No era muy bueno para los estudios. Con decirte que primer año lo repetí dos veces. Era muy burro, o sea, no aprendía bien, por eso mejor ya no fui. Me puse a trabajar cortando caña. Mi papá tenía cañaverales y yo le ayudaba", externó.

Don Juan Morales “saca” filo a los cuchillos, tijeras, machetes y otros objetos / Alonso Moreno | Tribuna de San Luis

Con tono de voz nostálgica, Juan Morales comentó que tuvo una infancia difícil, debido a que en su casa no recibió un buen trato por eso huyó de su hogar cuando tenía 11 años.

"Me fui primero a Veracruz, luego a Michoacán, Tamaulipas y a otros estados hasta que llegué a Sonora. A San Luis Río Colorado me vine en 1980, hace 40 años y aquí me quedé. Me casé y tuve dos hijas a quienes críe yo solo. Me hice cargo de ellas desde que tenían 2 y 4 años. Ahorita ya están grandes. Ya se casaron", detalló,

Don Juan recordó que aprendió a afilar cuchillos en Orizaba, Veracruz, cuando tenía 13 años, pues a esa edad fue pareja de una señora de 35 que tenía hijos dedicados a este oficio, quienes le enseñaron a realizarlo y desde entonces lo practica.

TRABAJA DESDE NIÑO

El trabajo de afilador de cuchillos lo ha combinado, temporalmente, desde que era adolescente, con otros como ayudante de albañil, jardinero y pintor, solo por mencionar algunos, ya que ha tenido que desarrollar diversos oficios a lo largo de su vida para poder sobrevivir, ya que desde niño se independizó económicamente de sus padres.

"Desde niño tuve que vivir en casas ajenas para que me dieran un taco, aunque siempre he trabajado. Mi vida ha sido muy triste. Pero a pesar de eso, me levanto cada mañana con ánimo para salir a trabajar. Con el trabajo de afilador me iba muy bien hace años cuando muchas personas acostumbraban a sacarle filo a sus cuchillos, tijeras, hachas, machetes. Luego llegaron las tiendas de un precio y la gente empezó a comprar de 10 pesos y eso bajó la clientela", externó.

Para Juan la vida no ha sido fácil, pues a los 11 años huyó de la casa de sus padres y tuvo que trabajar / Alonso Moreno | Tribuna de San Luis

"A veces salgo a trabajar y me regreso a la casa sin dinero porque no afilo ningún cuchillo. Es muy triste eso porque uno sale con la intención y ganas de trabajar. Aunque gracias a Dios no falta quien me ofrezca un taco a donde llego", dijo.

LLAMA A LA PUERTA CON EL SILBATO DE AFILADOR

Durante muchos años, Juan Morales recorrió las calles de este municipio caminando hasta que pudo comprarse una bicicleta, lo cual le hace el trabajo más fácil y puede visitar una mayor cantidad de casas a las que toca la puerta con el característico silbato de los afiladores de cuchillos.

Este silbato es especial, no lo venden en esta ciudad, por lo que debe mandarlo traer de Guanajuato.

El trabajar en la calle es peligroso, pues Don Juan ha sido atropellado en tres ocasiones, por eso tiene un hombro lastimado y ha sido víctima de los delincuentes que le han robado varias bicicletas. Al trabajar con su cuenta, no tiene seguridad social y tampoco espera el pago de una pensión por tantos años trabajados.

Todos los días, Juan Morales sale a la calle montado en su bicicleta en busca de clientes, a quienes llama accionando el silbato que identifica a los afiladores de cuchillos / Alonso Moreno | Tribuna de San Luis

Agradeció la preferencia de sus clientes y de la gente que le ha brindado su amistad en esta ciudad, entre los que nombró al profesor Luis Ballesteros y a su esposa, quienes cuando sus hijas estaban pequeñas lo apoyaron incondicionalmente.

Las personas que deseen solicitar los servicios de Don Juan pueden comunicarse al teléfono 6531114928.

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