Como miles de mexicanos, Santos y Verónica y sus pequeñas hijas sufren las vicisitudes de ser deportados de Estados Unidos y con poco más de 70 días en San Luis Río Colorado buscan una oportunidad de trabajo en la localidad.
No se trata de una familia común, ya que son personas con discapacidad, por lo que se les ha dificultado aún más lograr su sueño de mejorar su calidad de vida.
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“Vivimos 3 años en la ciudad de Carlisle, en el estado de Ohio, Estados Unidos, ahí teníamos todo, nos prestaban una bonita casa de campo, yo tenía carro, no era nuevo, pero bueno para nosotros cuatro, vivimos a gusto en ese tiempo, aunque con temor de la “migra” pero con cuidado”, dijo Santos Álvarez, quien padece discapacidad neuromotora, causándole problemas para mover con normalidad sus brazos y manos.
Santos Manuel Álvarez, de 40 años, originario de Zamora (Michoacán), con secundaria terminada, refirió que tiene experiencia en trabajo de campo como cuidado de animales como caballos, limpieza y labores generales en ranchos.
Verónica Zavala es su esposa, de 34 años, sordomuda de nacimiento, sin embargo siempre se ha encargado del cuidado de las hijas de ambos migrantes, Diana Sofía de 3 años y María Magdalena, de 8, quienes tienen la esperanza de estudiar para superarse, comentó el michoacano.
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“Nosotros queremos trabajar, si alguien tiene una casa que quieren que cuidemos lo podemos hacer e igual en un rancho, yo sé hacer labores de campo y lo que pedimos es una oportunidad para salir adelante con las niñas''.
La familia tiene 2 meses y medio en esta ciudad y solicitan ayuda para encontrar empleo y apoyo para contar con un lugar para vivir.
Los interesados en ayudar pueden comunicarse al (686) 124-72-19 a la familia que tras vivir el “sueño americano” hoy enfrenta una dura situación de indigencia.
El escaso trabajo en Michoacán obliga a la familia a buscar otras alternativas para mejorar su calidad de vida, así que solicita el apoyo de la comunidad sanluisina