Lo hacen ver como una sustancia poco dañina pero muy placentera y con la cual muchos jóvenes y adolescentes ya han tenido experiencias sin la necesidad de volverse adictos y, además, la primera porción “corre por cuenta de la casa”; es la labor de convencimiento de quienes se encargan de la venta y distribución de fentanilo en la ciudad para atraer a más personas al mundo de las adicciones.
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José, a quien así se le citará en la presente redacción al ser un menor de edad en etapa de rehabilitación, contó que mientras se encontraba en un parque pasando un rato con amigos, uno de ellos los retó a probar una bebida a la cual le había puesto fentanilo, a lo que él y otro del grupo aceptaron.
“Inmediatamente comencé a sentirme muy relajado y entonces quise volver a hacerlo”, contó y agregó que anteriormente solo había experimentado con la marihuana.
“Las primeras veces que lo consumí fue regalado, después me lo comenzaron a vender, entonces como no tenía dinero, con mentiras les pedía a mis padres y a mis tíos, pero era para el fentanilo y así lo hice durante un tiempo hasta que me descubrieron”, compartió en una entrevista vía telefónica.
Como el caso de José, hay muchos en la ciudad, ya que lo que pareciera un problema propio de Estados Unidos, ahora tiene presencia de este lado de la frontera, de ello se ha percatado el presidente de la Unión de Centros de Rehabilitación y Tratamiento de San Luis Río Colorado, Rogelio Ramírez Monroy, al detectar mayor ingreso de pacientes dependientes de esta sustancia a los centros locales.
“No llevamos como tal un censo, pero sí hemos tenido más ingresos de personas dependientes al fentanilo, no solo jóvenes y adolescentes, también adultos y es que el fentanilo ya está entre nuestras calles”, indicó.
LA POLICÍA LO ADVIERTE
Al hablar del reciente reporte de un menor de 14 años intoxicado por el uso de fentanilo, la Policía Municipal destacó que en muchas ocasiones los vendedores de esta droga la ofrecen primeramente gratis para que las víctimas la conozcan y una vez que se han enganchado, se vuelven sus proveedores o “dealers” como en el argot se les conoce.
“La Policía Municipal lanza una alerta a padres de familia y a los mismos menores para que tengan cuidado de lo que les dan a beber, pues ya se sabe que se está usando esta práctica para enganchar a nuevos consumidores”, se lee en un boletín enviado recientemente.
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