Más grave que el alcoholismo es la ludopatía

Las personas que fueron criadas en hogares ludópatas, tienenmayor dificultad para confiar en otros, identificar o expresarsentimientos y pedir lo que necesitan, por lo afortunadamente enSan Luis Río Colorado existen lugares que apoyan a familiares delenfermo, convirtiéndose en una esperanza de vida para ellos.

Así lo explicó Juan Manuel “N”, integrante de los gruposde familia Al-Anon y Alateen, el cual no solamente es la esperanzapara familiares y amigos de un alcohólico, sino también paraaquellos que padecen de adicción al juego.

El entrevistado dijo que la ludopatía es considerada como unaenfermedad mucho más grave que el alcoholismo o la drogadicción,ya que el ludópata es socialmente aceptable, se viste bien y traebuen carro que una persona que consume drogas o alcohol.

Detalló el entrevistado que familiares de un ludópata sufrenal ver a su ser querido hundirse en la enfermedad, incluso se hablade casos extremos de llegar hasta la prostitución dentro de esosestablecimientos, en los que algunas personas ofrecen sexo a cambiode una recarga en la tarjeta de créditos, inclusive hay quieneshan apostado hasta 30 mil pesos en una sentada.

Dijo Juan Manuel “N” que cualquiera puede caer en estaenfermedad, en la que quizá se pueda acudir un par de ocasiones alos casinos, lo que hace sentir inmune al juego a cualquiera, perose puede estar en la cuerda floja.

Comparó los casos entre el drogadicto que destruye su mente, elalcohólico su hígado, “pero el ludópata destruye su economía,su familia y su alma, que es mucho peor”.

Acaba con el patrimonio familiar

El también promotor de los grupos de familia Al-Anon y Alateen,compartió el caso de una familia de esta ciudad, “que en pocomás de cuatro años, el jefe de familia acabó con todos losrecursos financieros con los que contaba, vendió la casa, pidióprestado y en una noche se acababa 20 mil o 30 mil pesos y al díasiguiente regresaba para recuperarlos; huía de su familia, salíaa escondidas porque le daba vergüenza porque estaba haciendo algomalo".

Continuó narrando como sus hijos y esposa se percataban cuandoel enfermo agarraba dinero y decía: “con esto me voy a recuperarpara pagarle a fulano y a zutano, pero en realidad iba y los jugabaen el casino”.

Los hijos y su cónyuge sufrían junto con el ludópata cuandoéste perdía el raciocinio, el control y empieza una locura que ensu caso lo llevó a la ruina financiera, a la ruina social...“ahora está junto con sus seres queridos trabajando tantorecuperarse”.

Hay lugares de ayuda para quienes sufren

En el caso anterior, los familiares del ludópata solicitaronayuda para el tratamiento de su adicción, pero no encontraban unlugar en específico que tratara esa enfermedad y las afectacionesemocionales de ellos.

Lo único que hicieron es que lo llevaron con un psiquiatra aMexicali y sólo le recetaron una pastillita que lo hacía dormircuando quería ir a jugar de nuevo.

"Un psicólogo también les dijo que se trataba de cuestión devoluntad, pero no fué así, ya que tuvo la necesidad de saliradelante de una situación precaria”.

"Lo único que les dijeron, es que esta enfermedad es terrible,que los alcohólicos duran años sobrios y los jugadores no,entonces es peor que una adicción al alcohol y que a nadie leimporta y eso fue lo peor para ellos”.

Afortunadamente llegaron a los grupos familiares de Al-Anon,donde encontraron la respuesta a su sufrimiento, donde poco a pocovan sanando sus heridas del alma producidas por la ludopatía, através de los grupos de auto ayuda, apoyándose de la comprensióny la experiencia de otros familiares que atravesaron por la mismasituación de vida.

Los grupos de ayuda Al-Anon se encuentran ubicados en dosdirecciones, “Otro Comienzo” en avenida Carranza y la calle 24,la cual sesiona los martes, jueves y sábados de 19:00 a 20:30horas y un “Nuevo Día”, en avenida Kino Siete y Ocho, de seisa siete y media de la tarde, los lunes miércoles y viernes.

Para niños y adolecentes entre los doce a 20 años, seencuentra Alateen, con sesiones de 4:00 a 5:30 pm, en avenida Kinoentre las calles Siete y Ocho.