La mayoría de los centroamericanos que dejan su país de origen, lo hacen con la idea de llegar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades y aunque durante el trayecto sufren vejaciones, pasan hambre y frío, no se desaniman a seguir luchando para hacer realidad el llamado “sueño americano”.
En los últimos dos años se ha registrado un aumento de centroamericanos que arriban a ciudades fronterizas como San Luis Río Colorado donde permanecen por días, meses y años en espera de una oportunidad para cruzar “al otro lado”.
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Por lo general, este grupo lo integran personas de El Salvador, Guatemala y Honduras, quienes al llegar a esta ciudad solicitan apoyo para albergarse en instituciones como el Albergue para Migrantes “Don Chon” que dirige el señor Asención Serna quien se comprometió a seguir ayudando a los migrantes y a interponer una denuncia ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por las violaciones de los derechos humanos que sufren este grupo vulnerable de la sociedad.
VIVEN UNA PESADILLA
Este viernes, un grupo de migrantes centroamericanos que están siendo atendidos en el Albergue “Don Chon” denunció públicamente abuso de autoridad por parte de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y de elementos militares que los interceptaron en el poblado Los Algodones, Baja California, quienes los encarcelaron y hasta les robaron dinero, según indican los afectados.
Claudia Zulema, originaria de El Salvador, platicó en entrevista en el albergue Don Chon”, que fue detenida injustamente por los agentes de migración, pues ella cuenta con el documento que le permite permanecer de forma temporal en México, lo cual al momento de la detención no fue tomado en cuenta por el personal del INM.
Contó que, prácticamente, la mantuvieron secuestrada ya que no había razón para “resguardarla” en lo que ella describió como una cárcel. “En un cuartito pequeño nos tuvieron encerrados. Desde que te meten ahí no vuelves a ver los rayos del sol, no sabes qué hora es. No te dejan hacer llamadas telefónicas para comunicarte con tu familia. Te quitan el dinero. A mi amiga, los de migración le robaron 10 dólares y 500 pesos”.
Por su parte, Olvin Estrada, originario de Honduras, señaló que salió huyendo de su país, por miedo y amenazas de los pandilleros y por la falta de empleos bien remunerados. Viaja acompañado de su esposa que tiene 5 meses de embarazo y de sus hijos de 1, 5 y 13 años de edad.
“Llegamos aquí a San Luis hace dos meses y a principios de esta semana fui con mi hijo de 13 años a Los Algodones para ver cómo estaba la situación allá. Para ver si podíamos cruzar por ahí a Estados Unidos y nos detuvieron los de la Guardia Nacional y el Ejército. Nos checaron los papeles y aunque les mostramos el permiso que tenemos para estar en México, nos detuvieron. Nos quisieron golpear y eso sí, nos gritaron groserías”, externó.
El hondureño resaltó que los trasladaron a Mexicali, al igual que a otros migrantes centroamericanos que se encontraban en el mismo lugar. “No mantuvieron detenidos por 24 horas en un lugar en donde estaban, calculo, unas 2 mil personas más. Era un lugar muy feo, muy sucio, el olor que se percibía era insoportable. Dormíamos todos en el piso, no había abanicos ni aire acondicionado y no nos dejaban ni ir al baño. Ahí mismo estábamos hombres y mujeres. Vivimos una pesadilla”.
Otro migrante que también vivió esta difícil situación fue Misael Abigail Méndez quien antes de venir a México tenía su residencia en Guatemala.
Externó que los elementos de la Guardia Nacional que lo interceptaron en el poblado Los Algodones mostraron un comportamiento prepotente con el grupo de migrantes centroamericanos, al grado que a él le pisaron y quebraron su identificación.
“Hay personas que salimos de nuestros países de origen en busca de seguridad porque venimos huyendo de la violencia y aquí en México nos encontramos con estos malos tratos. Somos seres humanos y merecemos un trato digno. Lo único que buscamos es llegar a Estados Unidos. En mi caso, voy a seguir intentando”, expresó.