De Guatemala, las mujeres huyen por violación a sus derechos humanos y explotación laboral, por agresión sexual, por violación, por exhibicionismo y por el sistema machista que lejos de erradicarse, se agudiza entre las nuevas generaciones que ven a la mujer como un objeto antes que a una persona.
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Es el caso de Norma y Noemí, a quien así se les llamará en la siguiente redacción para proteger su identidad, así como la seguridad de sus hijos y la propia.
HUYEN PARA VIVIR
En común, Norma y Noemí salieron de su natal Guatemala huyendo de la represión y la violencia de la que son víctimas muchas de sus compatriotas, en las que ser abusadas, lamentablemente se vuelve parte de su forma de vida.
Las dos están varadas en la frontera norte de México en espera de cruzar a Estados Unidos, una vez allá, vivir sin miedo y darles a sus hijos un mejor futuro, uno que quede muy lejos del pasado que vivieron en Guatemala, donde su propio esposo las violentaba a tal grado de orillarlas a emigrar.
Con marcas en la piel como resultado de la violencia de la que por años fue víctima por parte de su esposo, Norma, compartió que, aún lejos de su patria vive con el miedo de ser encontrada por el papá de sus hijos y los regrese a la represión que vivían con él.
“Hemos aprendido a vivir con miedo, pero eso no significa que quiera lo mismo para mis hijos, yo quiero salir de esa vida y de esa situación en la que a las mujeres desde que van creciendo se les maltrata, quiero una nueva vida”, expresó.
Antes de llegar hasta a Sonora, pasó la noche en la calle al lado de sus hijos, sin comer, sin beber agua y sin un techo donde pasar el frío, pero consciente de que volver al represor sistema de Guatemala no era una opción.
De esa misma violencia a la mujer huye Noemí, quien, cansada de ser golpeada y humillada por el papá de sus hijos, salió un día de casa con el deseo de nunca volver.
“Yo estuve prácticamente secuestrada muchos años, pues no podía ni salir al patio de mi casa por las amenazas de mi esposo, incluso mi familia me daba por muerta, pues no me dejaba ni comunicarme con ellos”, contó.
- Huyen de la represión y la violencia de la que son víctimas muchas de sus compatriotas, en las que ser abusadas, se vuelve parte de su forma de vida.
- En común, hoy están varadas en el Norte de México con el deseo de llegar sanas y salvas a Estados Unidos a rehacer su vida junto a sus hijos.