Jóvenes de San Luis Río Colorado incursionan en el mundo de los negocios mediante la distribución de productos orgánicos, amigables con el medio ambiente, como el aceite de coco que se fabrica en Nayarit y el café cultivado en los campos de Chiapas.

Miroslava Hernández, estudiante de ingeniería ambiental en la Universidad Estatal de Sonora (UES) unidad San Luis Río Colorado, se encarga de distribuir y comercializar el aceite que preparan de manera artesanal sus familiares radicados en Milpas Viejas, Nayarit, con cocos cosechados en la playa Novillero de Tecuala, que se ubica a media hora del lugar.

Fue en 2016 cuando Juan Hernández, Ana Luz Hernández, Mirtha Hernández y Karla Villegas iniciaron con la elaboración del aceite para consumo personal, aprovechando las bondades de este producto natural producidos en tierras agrícolas mexicanas, en este caso, de Nayarit.

“Todo el proceso se realiza de forma artesanal y amigable con el medio ambiente, mi familia cosecha los cocos orgánicos e inmediatamente inician el proceso de elaboración del aceite sin ningún ingrediente químico, extrayendo la carne del coco fresco para transformarla en leche de la cual se obtiene nuestro aceite de coco cargado de antioxidantes y ácido laúrico”, externó Miroslava Hernández.

El aceite de coco, “Cocora”, para uso cosmético, es usado para acondicionar el cabello, remover maquillaje, rejuvenecer la piel, prevenir la aparición de estrías, humectante labial, tratar la caspa, desodorante y como protector solar.

CAFÉ DE CHIAPAS

Otro joven emprendedor es Francisco De Paula, abogado de profesión y estudiante de la ingeniería en Desarrollo de Negocios, desde principios de 2019 empezó con la distribución de café cosechado y cultivado en la sierra de la región frailesca en el estado de Chiapas.

Los granos de café los recibe recién tostados y aquí lo muele conforme los clientes lo piden porque de esa manera se garantiza la entrega de un producto fresco que conserva por más tiempo sus propiedades.

La idea de dedicarse a esta actividad y de ponerle su propia marca al café “De Paula” surgió en Francisco para ofrecer a los sanluisinos nuevas opciones de esta bebida que se consume no solo en época invernal sino durante todo el año, especialmente, entre las personas que trabajan en oficinas.

En un principio, Francisco De Paula adquirió como herramienta para este negocio, una moledora de mano, pero al poco tiempo se dio cuenta que esa no era la adecuada para moler cantidades considerables de granos y tuvo que comprar una más grande, además de otros equipos para llevar a cabo el proceso de empaquetado del café.

Explicó que el sabor del café fluye en la molienda, por ejemplo, él ofrece la variedad “gourmet” y de “altura”, lo cual De Paula ha ido aprendiendo a través del tiempo que se ha involucrado en este negocio.

“Todos los cafés están ricos, pero éste no está sometido a un proceso industrial, tiene muy pocos días de haber sido tostado y es molido en el momento en que el cliente lo solicita”, resaltó el joven empresario.