Ana Cecilia Eguizábal es una migrante originaria de El Salvador que decidió huir de conflictos político-sociales, inseguridad y falta de oportunidades para crecer como un sinfín de sus connacionales que también escaparon hasta encontrar un nuevo lugar para rehacer su vida; ella, una de sus hijas y nieta están en San Luis Río Colorado con la esperanza de pasar a Estados Unidos a solicitar asilo político.
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Aunque durante toda su vida (hasta el último año) vivió y trabajó en su país natal, el 2019, problemas de inseguridad la obligaron a salir corriendo para poner a salvo a su hija, sin imaginarse que llegar a Estados Unidos no sería una tarea nada fácil, más cuando existe una pandemia como por la que actualmente se atraviesa.
“Mi amor de madre me pidió salir de mi país, pues no iba a permitir que mi hija y su bebé de meses de nacida se enfrentaran a la migración solas, entonces me vine con ellas, pero allá en El Salvador dejé a mis otros hijos y aunque ya son adultos, no poder verlos en persona es lo más duro que me ha pasado en la vida”.
Como si la distancia y la angustia de saberse lejos de su hogar fuera poco, el Covid-19 la marcó para siempre, pues aunque ellas están a salvo en México, su familia en El Salvador ha sido víctima de este padecimiento.
“Estando aquí en San Luis se murió mi mamá, uno de mis hermanos y un tío y no poder despedirme de ellos es algo muy fuerte. Estuve a punto de regresar a mi país y dejarlo todo, pero tengo que hacerle frente a este reto de resistencia y esperarme a llegar a Estados Unidos”.
SU FUTURO ES INCIERTO
Más de 1 año ha pasado desde que Ana Cecilia dejó su patria y ese entonces han sido contadas las veces en las que ha podido hablar y ver a sus hijos y nietos a través de la tecnología; de lograr un asilo político en Estados Unidos, se le impediría salir de dicho país, al menos por un largo tiempo, lo que significaría no verlos más.
Sin embargo, la decisión no está en sus manos; actualmente una pandemia controla las decisiones de los órdenes de gobierno, contagios cada vez mayores tanto en México como en Estados Unidos han frenado los procesos para que aquel que desee o necesite de un asilo político del “país más poderoso del mundo” tenga que esperar a que sus gobernantes lo decidan, mientras anteponen la salud de quienes ya habitan en suelo norteamericano.
A causa de esto, la oriunda de El Salvador, como miles de extranjeros, se encuentra varada en México, a la espera que todo tome su curso. Muchos como Ana Cecilia, sin poder cruzar a Estados Unidos y sin regresar a su país, son apoyados por beneméritas dependencias donde reciben techo y comida.
HAY UNA VEINTENA EN SLRC
Particularmente, en la Casa del Migrante “La Divina Providencia” se atiende a 20 extranjeros enlistados para llegar a Estados Unidos a pedir ayuda humanitaria, entre cubanos y salvadoreños, quienes antes de la pandemia eran los próximos en la lista para ser atendidos por un juez del orden federal en Arizona.
En este recinto los refugiados reciben, además de un lugar donde vivir, tres comidas del día, ropa, atención médica, ayuda psicológica y facilidad para realizar los trámites trasnacionales que necesiten.
DESTACADO: Hace poco menos de 1 año, acompañada por su nieta e hija, a San Luis Río Colorado llegó Ana Cecilia Eguizábal en busca de pasar a Estados Unidos para solicitar ayuda humanitaria, sin imaginarse que la pandemia frenaría su deseo
SUS HIJOS, SU ORACIÓN
Volver a tener a su familia reunida y verlos con salud es la oración de cada noche para Ana Cecilia, quien se vio obligada a salir huyendo de su país por temas de inseguridad