Viven migrantes sin temor a morir

Abrigan a sus hijos y esperan que sus hijos no sufran, a diferencia de otros menores en custodia de CBP.

Catalina Navarro

  · miércoles 26 de diciembre de 2018

Las familias migrantes recurren a distintos medios para cuidarse de las inclemencias del tiempo en su estancia en la línea./ Foto: Catalina Navarro

Tras conocer que dos menores de edad hijos de migrantes centroamericanos, han fallecido mientras se encontraban en custodia de las autoridades de Estados Unidos, en medio del proceso de asilo humanitario, algunos aspirantes que esperan en la línea de San Luis Río Colorado descartan temer por la salud de sus hijos, e incluso los cuidan más del frío.

Expuestos a las inclemencias del clima, los contaminantes provocados por el humo de automóviles y actualmente el humo de pólvora de los cohetes por las fiestas decembrinas, tres jefes de las más de 60 familias que esperan en las inmediaciones de la avenida Carlos G. Calles, paralela al muro metálico que divide a los dos países confían que, con abrigos, cobijas y la venia de Dios les permita estar sanos.

Esperaban tener una hija y este 25 de diciembre, nació Mía Isabela quien llegó a la familia Cajeme Arévalo como regalo de Navidad / Alonso Moreno

“Florencio”, de origen Chiapaneco, de 38 años, lleva 4 días en esta ciudad a la que arribó con su esposa Keyla, de 35 y su hija de 8 años, aceptó que puede ocurrir que se enfermen mientras están en el proceso de asilo en Estados Unidos, “si Dios quiere y pasamos nosotros estamos dispuestos a lo que venga, porque las circunstancias de nuestro estado están poco difícil, claro, tampoco queremos arriesgarnos, mi niña de 8 años está sana, gracias a Dios”.

“Fausto”, de 38 años, también de Chiapas, quien con su esposa Carolina, de 23, y sus hijos de 10, 6, 4, 3 años y uno más de 4 meses, lleva tres días en San Luis Río Colorado, dijo que cuidan a sus niños “bien abrigados, con su chamarrita y ahí las vamos pasando”.

Dijo que el clima es muy diferente en su estado originario, “está más frío aquí y no veníamos preparados en los cuatro días que hicimos de viaje”.

Sobre la posibilidad de que, puedan sufrir un percance, por parte de las autoridades estadounidenses, dijo “ahorita no estamos preocupados, estamos aquí por lo pronto, y con esperanza de poder pasar”.

“Fausto” y su familia vivieron el terror del terremoto el pasado mes de septiembre en la región del Sur de México, con lonas y cobijas.

Las familias han encontrado un apoyo en un estacionamiento privado, cuyos dueños les permiten asearse y lavar su ropa, la cual tienden al sol sobre un cerco de malla ciclónica.

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