Trabajadoras del sistema penitenciario federal de las áreas administrativas y jurídicas del penal federal Islas Marías acudieron por última vez a la isla a recoger sus pertenencias, en lo que constituye la etapa final de la transformación de la isla de penal a centro cultural.
Antes de que sea abierto al público en general, el Gobierno federal abrió a los medios de comunicación el penal federal para constatar las condiciones en las que vivían los más 585 internos y que hoy continuarán su condena en penales de Ramos Arizpe.
La seguridad de la isla continúa a cargo de la Secretaría de Marina, quien trasladó a los representantes de los medios de comunicación en buques en un recorrido de siete horas del muelle de Mazatlán a Islas Marías.
Con el decreto presidencial para que las islas no sean ya un penal, se cierra un capítulo de más de 50 años, donde la isla fue la prisión de reos de mediana peligrosidad y que, a pesar de su resistencia a irse, tuvieron que abandonar la isla.
Pese a que ya no están los internos, las medidas de seguridad por parte de la Marina siguen siendo rigurosas. buscan armas, drogas, explosivos.
La toma de video y fotografías en algunas áreas está prohibida, "por seguridad, esos son los protocolos que se seguían con los internos que llegaban aquí", señala personal de custodia de la Marina desplegado en Islas Marías.
Tan solo para abordar el buque "Isla Madre", la Marina instaló tres filtros de revisión que incluyen revisiones físicas, al equipaje e incluso las cámaras de video y fotográficas.
El capitán del Isla Madre, Marco Polo, fue el encargado de trasladar a los 103 representantes de los medios de comunicación a las Islas Marías, con protocolos de seguridad y resguardo, tal y como se hacía en los traslados de ros condenados por delitos federales.
