Trump acusado de liberar palabras ultraderechistas al recordar a Luther King

En el aniversario de su muerte, el mensaje del activista contra la segregación racial sigue resonando ahora más que nunca con el gobierno de ultraderecha de Trump

AFP

  · jueves 5 de abril de 2018

Una ofrenda fue colocada en el memorial a Martin Luther King en Washington, DC, en memoria de los 50 años de su asesinato / Foto: AFP

MEMPHIS, EU. El país rindió tributo a Martin Luther King, ícono de la lucha contra la desigualdad racial, asesinado hace 50 años en Memphis, por un segregacionista blanco, disputa aún relevante.

El 4 de abril de 1968, el pastor negro recibió un disparo mortal en el balcón de un motel en Memphis, donde había llegado a apoyar a los recolectores de basura en huelga. Su muerte, a la edad de 39 años, desencadenó disturbios en varias ciudades estadounidenses importantes.

Cincuenta años después, varios actos lo honraron: en Washington, alrededor de la estatua en su memorial y en el Motel Lorraine, en Memphis, ahora convertido en un museo, en el momento exacto en el que fue abatido.

La muerte de King “sigue siendo una fuente de dolor y ansiedad. Te quitas la costra y la herida aún está abierta. Llega de repente, en medio de una conversación, o yendo a cenar”, dijo el reverendo Jesse Jackson, activista por los derechos civiles que estuvo presente en Memphis junto al pastor King.

“A pesar de que fue sacado de esta Tierra injustamente, nos dejó un legado de justicia y paz”, dijo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en una proclama oficial por el 50 aniversario de su muerte. El mandatario republicano es acusado de liberar las palabras de la ultra-derecha estadounidense al multiplicar las consignas antiinmigrantes.

Y si bien la segregación fue abolida, el racismo, la injusticia y la violencia permanecen en la sociedad estadounidense. La ciudad de Memphis “tiene un 63% de afroamericanos, la tasa de pobreza es del 44% para adultos y del 30% para niños”, afirma Jesse Jackson.

Cincuenta años después, Estados Unidos sigue luchando contra los mismos demonios de 1968: tropas involucradas en una guerra interminable, estudiantes enojados, mujeres que protestan contra el sexismo, atletas negros que denuncian el racismo policial y un gobierno que quiere mantener las antiguas jerarquías.