El béisbol es uno de los deportes más practicados y con más seguidores en esta región del país, año con año, cientos de sanluisinos siguen las acciones de los equipos más populares de México y los Estados Unidos, o en su defecto, lo practican prácticamente desde infantes, en las ligas locales que tienen desde pequeños de 5 años, hasta veteranos de 60 jugando en el diamante.
Según lo narrado por el autor Ramón Noriega Rascón, en su libro “Historias y Narraciones del Viejo San Luis Río Colorado”, San Luis ha sido testigo de la evolución del béisbol a lo largo de los años. Inicialmente, el juego se practicaba en la mesa de arriba, cerca de lo que fue el Cine Royal en la avenida Obregón. Con el crecimiento del poblado, se trasladó a un terreno cercano a la Escuela Abelardo L. Rodríguez y parte del parque Benito Juárez.
Evolución de los estadios de béisbol en San Luis Río Colorado
El último campo rústico, ubicado en la calle Quinta y avenida Zaragoza, marcó una etapa crucial. A pesar de su simplicidad, este campo fue escenario no solo de partidos de béisbol, sino también de fútbol, funciones de box y lucha, e incluso corridas de toros. Su versatilidad lo convirtió en anfitrión de campeonatos estatales y nacionales de béisbol.
Valdemar Barrios Matrecito recordaba que el primer terreno utilizado estaba cerca de la avenida internacional, incluyendo una parte dentro de los Estados Unidos. Este campo fue el punto de partida para los Algodoneros en su incursión en la Liga Norte de México.
Con la formación del "Club Deportivo Luis, A.C.", el General Abelardo L. Rodríguez donó el terreno para el parque deportivo San Luis en 1955. Sin embargo, la ambición por estadios más avanzados llevó a la venta de este terreno para financiar el Estadio Revolución. Andrés Mena Montijo desempeñó un papel crucial en esta tarea, recibiendo el reconocimiento al bautizar el estadio con su nombre.
La labor de Andrés Mena Montijo para el béisbol sanluisino
Andrés Mena Montijo no solo fue un impulsor del béisbol, sino también un ciudadano ejemplar. Su apoyo financiero a la selección de San Luis en los años sesenta, cubriendo gastos de viaje y patrocinando uniformes, demuestra su dedicación al deporte. Sus hijos, Andrés y Alberto, siguieron sus pasos como destacados beisbolistas, participando en selecciones de la escuela secundaria #22, y en algunas selecciones de Primera Fuerza.
Además, como ya se mencionó, fue en colaboración de las autoridades municipales de ese entonces y el mismo señor Mena Montijo con lo que se financió la construcción del estadio que a día de hoy, muy merecidamente comparte su nombre.
El estadio Andrés Mena Montijo es uno de los puntos más reconocibles de San Luis Río Colorado, si bien en años recientes ha perdido algo de presencia cultural dada la ausencia de Los Algodoneros, no cabe duda que es uno de los vestigios más reconocibles del deporte sanluisino, además de ser el punto de reunión de cientos de familias sanluisinas para poder pasar un momento más que llevadero.