Existen sectores de la sociedad que son más vulnerables a los fuertes sonidos que se desprenden de la quema de fuegos artificiales los cuales, además, dañan a las mascotas y por la contaminación que generan afectan también al medio ambiente.
En esta temporada del año, por las celebraciones decembrinas, algunas personas acostumbran a quemar cohetes. Una práctica nociva que pone en riesgo a quienes la ejecutan y a la gente y mascotas, principalmente perros, que están a su alrededor.
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Especialistas en educación especial señalan que las personas con autismo sufren por las explosiones de cohetes un estrés severo, así como crisis de ansiedad lo cual, en ocasiones, los lleva al hospital.
En tanto que médicos veterinarios destacan que con los fuertes estruendos que se derivan de la quema de los juegos pirotécnicos, los animales presentan ataques de pánico y llegan a morir por paros cardiacos o atropellados en su huida, mientras que las aves son en general gravemente afectadas.
Los profesionales de la salud de los animales señalan que los perros y gatos tienen un oído más sensible a los sonidos. La pirotecnia afecta su salud y también la de otros animales como aves o caballos quienes presentan dolor, angustia, taquicardias, convulsiones, ansiedad, paros respiratorios y hasta la muerte.
La médico veterinario zootecnista, Guadalupe Del Toro, sugirió que durante el 24, 25 y 31 de diciembre y 1 de enero, se resguarde a las mascotas dentro de casa para aminorar el sonido de los “cohetes”. Además, recomendó que se aseguren bien los cercos para evitar que salgan a la calle pues ahí corren el riesgo de ser atropellados por los automovilistas o de sufrir otro tipo de accidentes.
Sobre los daños que causan los sonidos de los fuegos artificiales a las personas autistas, el profesor de educación especial, Irvin Alan Valadez Valdés, informó que una de las características más recurrentes en las personas con el Trastorno del Espectro Autista (TEA) es la hipersensibilidad auditiva. Esto propicia la poca tolerancia a los ruidos extremos ya sea música muy fuerte, golpes hacia algún objeto que sea de manera repetitiva, detonaciones o explosiones y ruidos momentáneos muy fuertes.
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Añadió que derivado a esta hipersensibilidad las reacciones pueden ser variadas y conllevan agresividad, ansiedad, estrés, llanto, irritabilidad y poca tolerancia al evento o situación donde se presente.
Para finalizar, Irvin Alan Valadez hizo un atento llamado de atención a la sociedad sanluisina para que este fin de año eviten las detonaciones de cohetes, música alta y ruidos fuertes, tomando en consideración que al hacerlo afectan a las personas autistas, a las mascotas y también provocan contaminación al medio ambiente por el humo que desprenden.