En poco más de un mes, se ha notado una mejora en el flujo de tráfico en la Aduana Mexicana, después de las dos reuniones entre los empresarios y las autoridades municipales con la administración del puerto fronterizo. El líder local de la Cámara de Comercio, Leonardo Limón Ceja, informó que ha habido un contacto más estrecho con las autoridades de la Aduana, algo que no existía meses atrás.
"Hemos establecido un mayor contacto con el personal de la Aduana; cuando es necesario, nos comunicamos con el administrador. Además, la Policía Municipal ha desempeñado su papel, patrullando el área. En resumen, ha habido una comunicación efectiva con ellos", expresó.
Limón Ceja señaló que estas interacciones han contribuido a mejorar el flujo de tráfico de Arizona a San Luis Río Colorado, un problema que se evidenció con el cierre de los carriles de acceso, generando colas de hasta cuatro horas de espera.
También mencionó que uno de los problemas que contribuyen a las largas filas, además de los carriles cerrados, es el embudo que se forma en el lado estadounidense. Aunque reconoció que se ha tomado alguna medida para mitigar el problema en el lado mexicano, destacó la necesidad de conocer la postura de las autoridades estadounidenses al respecto.
Además, informó que están planeando tener una reunión con funcionarios de la Aduana Americana, especialmente con el nuevo administrador, cuya identidad aún se desconoce.
En otro orden de ideas, uno de los efectos de esta situación ha sido la disminución de la demanda de alquiler de departamentos cercanos a la línea internacional. Esto se debe a que los trabajadores agrícolas prefieren quedarse en San Luis, Arizona, debido a las largas filas tanto de ida como de regreso.
"Antes, en esta época, no encontrábamos departamentos en alquiler. Ahora hay muchos disponibles; solo hace falta dar una vuelta por la avenida Internacional. Solía haber un grupo de migrantes que se quedaban dos o tres días aquí y luego se iban a trabajar", dijo. Agregó que hoy en día, para ir a trabajar, tienen que hacer colas de hasta dos horas y otras tantas al regresar, por lo que prefieren quedarse allá para no perder tiempo.