Los obispos de la Iglesia Católica en México envían un mensaje al pueblo mexicano, movidos por el compromiso y amor a este país, para ofrecer una palabra de aliento desde la misión religiosa al inicio de la Campaña electoral de 2024, con el único deseo de construir juntos, apoyados en la verdad y la justicia, el ambiente propicio para celebrar en paz este importante proceso político.
A través de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se está difundiendo entre la población que la grandeza de esta Nación, bendecida de manera providencial con el acontecimiento Guadalupano, nos llama, en momentos especiales, a dar lo mejor de nosotros mismos, tal como sucederá, sin duda, en el proceso electoral de este año 2024 que culminará el domingo 2 de junio.
El padre Agustín Partida Díaz Garza, responsable de la capilla Santo Niño de Atocha, dijo que recibieron un comunicado con este mensaje, el cual están difundiendo entre la comunidad católica de San Luis Río Colorado.
En el comunicado de la CEM se destaca que los mexicanos merecemos una jornada histórica que, con una nutrida participación ciudadana, fortalezca la paz y el desarrollo del país, unido en la riqueza de su diversidad, proyectándonos con esperanza hacia el futuro, gracias a la observancia del estado de derecho y a la madurez democrática que hemos alcanzado.
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La CEM indicó, además: “conocemos, por la información de la que todos disponemos, la importancia y trascendencia de la próxima jornada electoral. No sólo se trata de elegir Presidente de México, sino también Gubernaturas (9 Estados), Congreso Federal (500 Diputados y 128 Senadores), Congresos Locales y Presidencias Municipales. Pero también sabemos ya de algunos riesgos que amenazan la estabilidad democrática mediante la violencia criminal que, al mismo tiempo, afectan la libertad ciudadana. Estamos a tiempo de evitarlos confiando en la fortaleza de las instituciones electorales y en la honestidad de todos los candidatos”.
En el documento firmado por Monseñor Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM y por el Monseñor Ramón Castro Castro, Obispo de Cuernavaca y Secretario General se exhorta a los ciudadanos a participar en lo que a cada uno le toca, vigilando con esmero el proceso electoral en su conjunto, hasta la entera jornada del 2 de junio, donde los verdaderos demócratas, como fruto de un proceso ejemplar, deberán reconocer los resultados sin apasionamiento, dejando de lado intereses meramente partidistas y conductas egoístas, poniendo por delante el bien común de nuestro México.
Llaman a ambiente de paz en comicios electorales
En el documento se agrega: Toca a los responsables de las Instituciones Electorales, el Instituto Nacional Electoral (INE), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (EPJF) y la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FISEL) actuar con apego a la imparcialidad y la justicia, con ética y competencia profesional, para garantizar que el proceso se desarrolle con plena legalidad y con oportuna corrección de las anomalías que pudieran presentarse.
También consideramos necesario que las autoridades responsables de la seguridad ciudadana y las fuerzas del orden (SEDENA, Guardia Nacional y SEMAR), a nivel estatal y nacional, garanticen la protección y el ambiente de paz, de tal manera que se eviten, por motivos electorales, las agresiones, los atentados y los lamentables asesinatos de candidatos, políticos, familiares, periodistas y demás ciudadanos. Por lo demás, la seguridad deberá estar garantizada en todos los rincones del país el próximo domingo 2 de junio, sin excepción alguna.
Creemos que el peor de los escenarios, el que mayormente debemos evitar, es aquel en que el crimen organizado y otros grupos delincuenciales intervengan en el proceso electoral, en cualquier lugar y momento. La democracia electoral mezclada con la delincuencia es un binomio totalmente inaceptable, es un signo de la más deplorable corrupción que se debe evitar a toda costa. Por ningún motivo se puede justificar y mucho menos entrar en complicidad.
Las condiciones por las que atraviesa el país desafortunadamente no son las mejores, pues es evidente que, desde hace tiempo, nuestros problemas son muchos en materia de seguridad, desigualdad social, crecimiento económico, insuficiente empleo formal y digno, cobertura y calidad educativa y de salud, migración, polarización social, y otras problemáticas.