Los casinos por muchos años estuvieron prohibidos en el país, hasta que el gobierno federal decidió dar luz verde a la instalación de estos centros de diversión.
Desde un principio, la gente acostumbra ir a esos sitios a pasar un rato de esparcimiento, sin embargo, poco a poco, comenzó a llenarse de personas adictas al juego, lo que provocó un fuerte problema social, ya que era comparable con el consumo de alcohol o drogas.
La ludopatía es una enfermedad que se caracteriza por un fracaso crónico y progresivo en resistir los impulsos de jugar apostando dinero; no todas las personas que juegan desarrollan una adicción al juego, del mismo modo que no todas las personas que beben terminan siendo alcohólicas.
Para la psicóloga Laura Álvarez Ríos, los clientes frecuentes de estos lugares son las personas que se jubilan y/o se pensionan, ellos tienen algo en qué ocuparse y se van a jugar, para que el tiempo se les pase.
“Ellos, sin tener un compromiso o una obligación, los lleva a irse a los juegos; también hay quienes se encuentran en soledad, prefieren irse a esos sitios a estar en sus casas; incluso, quienes padecen de una depresión, lo usan para distraerse”.
Agregó que lo toman al principio como una diversión, pero si empiezan a ver que están ganando, piensan que todo el tiempo será así, pero no se dan cuenta que pierden más de lo que ganan, así es como se van enganchando.
Expresó que el ruido y las luces, parece que no, pero juegan un papel importante en la atracción de la gente para que participe en el juego, lo relaja.
“Si traigo mucho estrés, voy a ir a jugar un rato para calmarlo, si trabajan de toda la jornada, el estar en el sitio, oyendo el ruido, viendo las luces, jalar la palanca de la máquina los relaja y es cuando se hace más enganche con los juegos”.
Mencionó que esto es similar al consumo de alguna sustancia, porque los síntomas son muy parecidos, les genera un bienestar, una satisfacción mientras están jugando, pero, cuando salen y se dan cuenta de que se gastaron todo, es cuando se dan esos cuadros de ansiedad y depresión.
¿Cómo tratar a un ludópata?
Hay formas de tratar a los ludópatas, y los psicólogos usan la terapia cognitiva conductual, primero que reconozca que tiene un problema, que eso que había empezado como un pasatiempo, se convirtió en una dependencia.
“Es cortar, de alguna forma, con esa dependencia; no la podemos cortar, como cualquier otra adicción, pero sí que aprenda a controlar lo que está sintiendo”. Se calcula que aproximadamente, más del 50 por ciento de los aficionados al juego, son ludópatas, al menos en esta ciudad.
Son centros de trabajo
Por su parte, el dirigente local de la Cámara de Comercio Leonardo Limón Ceja, mencionó que los casinos son centros de trabajo, son empresas que generan fuentes de empleos, aunque también, pueden ser generadores de adicción al juego.
Reconoció que el organismo no cuenta con ninguna relación con este tipo de establecimientos, aunque hace tiempo hubo un acercamiento con uno de ellos, pero no llegaron a buen puerto.
“El año pasado tuvimos contacto con uno de ellos, los invitamos por medio del restaurante que es de su propiedad, pero, no llegamos a nada finalmente, ya no tenemos contacto con ellos”.
Dijo que, independientemente del giro, se trata de una fuente de empleo, pero mucha gente va y gasta su sueldo ahí mismo, es un tema que hay que ponerlo en una balanza”.
Externó que, son pocos los que hay en la ciudad, ya que son cadenas, deben de cumplir con una normatividad para acceder a los permisos, que los otorga el gobierno federal, a través de la Secretaría de Gobernación.
Cabe señalar que en San Luis hubo varios casinos, pero varios de ellos ya han cerrado, solo quedan tres, son los grandes, uno ubicado en la Revolución y calle Segunda, y los otros dos están en la avenida Obregón.
Los clandestinos
Otro de los problemas que ocasionan los casinos, es que existen lugares donde ponen máquinas tragamonedas que operan sin el permiso correspondiente.
Se han presentado varios casos de decomisos de esos aparatos por parte de la autoridad, además que están presuntamente ligados al crimen organizado, por lo que se ha convertido en otro problema más para la autoridad.
Se estima que esto deja muchas ganancias ilícitas a quienes lo promueven, ya que operan sin los permisos correspondientes