El 1 de noviembre se conmemora el Día de Todos los Santos, dedicado a los niños difuntos. En esta fecha se ponen ofrendas y altares a los “angelitos” que han dejado el mundo de los vivos.
Por lo anterior, ayer se registró una considerable afluencia de visitantes en los panteones municipales para pasar un momento con los seres queridos que fallecieron, principalmente con los niños y niñas.
Tal es el caso de Melissa Rivera que llegó muy temprano al panteón municipal que se ubica en la avenida Obregón y calle 40 para acompañar el Día de los Angelitos a su hija que falleció en 2007, cuando tenía 3 días de nacida.
La señora Rivera acudió a este lugar acompañada de sus hermanas, mamá y suegra, quienes aprovecharon la ocasión para limpiar la tumba de la bebé, por lo que al llegar se pusieron a barrer y a regar. Además, colocaron arreglos de flores naturales.
La madre de familia se refirió a la importancia de no olvidar a nuestros muertos. “Es muy triste ver tumbas abandonadas. Yo desde que falleció mi hija siempre estoy aquí en estas fechas y también vengo en su cumpleaños, el 13 de julio, y en el transcurso del año”.
Pamela Quintero, tía del bebé fallecido, dijo que celebrar el Día de Muertos, acudiendo al panteón, es una tradición que les inculcó su madre desde que eran niñas. “Cada año venimos a ver a nuestros seres queridos. Yo vengo a visitar la tumba de mi sobrina, pero también la de mi hijo que falleció a los 6 meses de edad, hace 11 años”.
Agregó: “Aquí nos la pasamos casi todo el día. Trajimos comida para compartir, preparamos burritos de bistec y de papas para desayunar y comer”.
Por otro lado, la señora María Valle, comentó mientras barría la tumba donde descansa en paz su hijo, que el niño falleció cuando tenía 10 años de edad, hace 18 años. Externó que lo recuerda como un pequeño muy alegre, que disfrutaba mucho de jugar fútbol con sus primos.
“Hoy (1 de noviembre) vine a limpiar la tumba, pero mañana (2 de noviembre) nos vamos a juntar todos los familiares para pasar el día aquí. Por lo general, platicamos de cómo era mi niño, de lo que le gustaba”.
María Valle manifestó que cada año, en el marco del Día de los Angelitos y del Día de Muertos, visita el panteón municipal para recordar a los fieles difuntos y lograr que ellos, a pesar de no estar en este plano terrenal, se sientan queridos y recordados. Además, de lograr que sus tumbas se vean bonitas colocando flores de muchos colores, pues considera que eso los hace sentir bien y saber que no los hemos olvidado, que viven en nuestra memoria.