En padrino de Jesús, se convierte aquel que se “saca el monito” en la Rosca de Reyes, por lo que, según los creyentes, lo tendrás que resguardar desde el Día de Reyes (seis de enero), hasta el Día de la Candelaria (dos de febrero).

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Esta liga de celebraciones, se ha convertido en propiedad de la cultura social, más que de la religiosa, comentan algunos, aunque haya nacido dentro del cristianismo en Europa y coincide con algunas costumbres ancestrales por lo que se combina con algunos ritos prehispánicos.

Dentro de los cristianos, se encuentra el grupo de los católicos, que son quienes más que nadie, se apegan a lo que significa la compra de la rosca y posteriormente la de los tamales, para celebrar el Día de la Candelaria, no así el grupo de los protestantes, a quienes pertenecen los adventistas, mormones, sabatistas y otros.

Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en nuestro país se acostumbra que la persona a la que le salió el “niño” en la rosca de reyes es la encargada de realizar tamales y atole para su familia, esta tradición se debe a que en esta misma fecha, basándose en el calendario azteca, es la bendición del maíz, y se elaboran alimentos con él.

Se festeja el dos de febrero en conmemoración a la virgen con el mismo nombre, nace en las Islas Canarias, España; donde se festeja con un desfile militar ante el presidente y el rey, la fiesta se extiende por varios días y se realiza en la Basílica de la Virgen de la Candelaria.

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El INAH comparte que en este día también es tradición vestir al Niño Dios en esta fecha y una vez vestido se lleva a bendecir, esto último como parte de la tradición judía de presentar a los bebés 40 días después del nacimiento, es decir, el dos de febrero.