/ jueves 16 de mayo de 2024

Amat Cucapah | Hace 104 años

Al asesinato del Capitán Carlos G. Calles Gómez : mayo 13, 1920, finaliza la Colonia Agrícola-Militar establecida en San Luís deteniendo corrimiento de línea fronteriza: EEUU hacia Sonora, México.

Aquella tarde anterior, en el Rancho Calaveras(autopista ‘’Zorros del Desierto’’), gentes venidas de Mexicali estuvieron -con dinero, armas, alcohol-, embriagándose con tropa del Capitán, instigando inconformidad acordando capturar -esa noche-el ‘’Cuartel de la Colonia.’’

A media mañana de mayo 12, Francisco Peralta saliendo urgente a Yuma, -‘’para no ir desarmado’’ solicitó prestadas sus armas al Capitán. El, desarmado esperó a Peralta inmediato a la frontera, en casa de Tito Ozuna, durante aquella noche lóbrega, lloviznaba por intervalos.

Desde Isleta, Enrique Peralta con otro lllamado Martínez rodeando La Grullita hasta el panteón, ( hoy entre avenidas Obregón-Madero, calles 1ª-2ª) cruzaron calle Morelos, bajando mégano trasero hacia cuartel (calle Cuauhtémoc), a dos de la mañana del funesto: mayo 13, mientras otros conspiradores, uno por el sur del poblado y otro por la línea divisoria, al oir dispar a sus compañeros en el cuartel, entrarían disparando haciendo el mayor ruido posible; encomienda muy fácil por gran cantidad de perros que había, hacia donde juntos acudirían al cuartel(hoy cancha con juegos), construido acera oriente, calle Cuauhtémoc.

Esta noche Don Felipito hacia ‘’guardia’’ cabeceando, mientras ‘’Cabo de Cuarto’’ dormía, ambos -dentro del cuartel- protegiéndose de la lluvia. Martínez y Peralta intimidaron a los guardias poniéndoles pistola al pecho, apoderándose del banco de armas, disparando gritaban “! Viva Carranza ¡”; sus cómplices, por Norte y Sur del poblado entraron repitiendo el ‘’viva’’, mientras con batahola armada por ladridos de perros, San Luís despertó en pesadilla; los soldados desarmados desde sus casas huyeron rumbo a Estados Unidos.

El Capitán consciente del asalto, desarmado rodeó hasta sur de calle Cuauhtémoc, donde en casa estaban sus hijos Amalia y Arnulfo con su esposa Celia Quiñones; abraza a madre e hijos, sale terciándose frazada sobre hombros, a zancadas avanza escondiéndose en una casucha recién incendiada frente al cuartel, donde los sublevados dejaron a un borracho centinela llamado Jacinto, quien no conocía San Luís, menos al Capitán, quien salió del escondite rifle en mano. Jacinto gritó: “Alto, ¡¿ Quien vive? ¡”. No contestó el Capitán. Jacinto disparó su máuser haciéndole caer destrozando hueso de músculos.

Al disparo acudieron cómplices, cuando Calles trató de incorporarse, a bocajarro vaciaron armas destrozándole cabeza y caja del cuerpo con cañón a quemarropa; huyeron estos borrachos a la lejanía.


Al asesinato del Capitán Carlos G. Calles Gómez : mayo 13, 1920, finaliza la Colonia Agrícola-Militar establecida en San Luís deteniendo corrimiento de línea fronteriza: EEUU hacia Sonora, México.

Aquella tarde anterior, en el Rancho Calaveras(autopista ‘’Zorros del Desierto’’), gentes venidas de Mexicali estuvieron -con dinero, armas, alcohol-, embriagándose con tropa del Capitán, instigando inconformidad acordando capturar -esa noche-el ‘’Cuartel de la Colonia.’’

A media mañana de mayo 12, Francisco Peralta saliendo urgente a Yuma, -‘’para no ir desarmado’’ solicitó prestadas sus armas al Capitán. El, desarmado esperó a Peralta inmediato a la frontera, en casa de Tito Ozuna, durante aquella noche lóbrega, lloviznaba por intervalos.

Desde Isleta, Enrique Peralta con otro lllamado Martínez rodeando La Grullita hasta el panteón, ( hoy entre avenidas Obregón-Madero, calles 1ª-2ª) cruzaron calle Morelos, bajando mégano trasero hacia cuartel (calle Cuauhtémoc), a dos de la mañana del funesto: mayo 13, mientras otros conspiradores, uno por el sur del poblado y otro por la línea divisoria, al oir dispar a sus compañeros en el cuartel, entrarían disparando haciendo el mayor ruido posible; encomienda muy fácil por gran cantidad de perros que había, hacia donde juntos acudirían al cuartel(hoy cancha con juegos), construido acera oriente, calle Cuauhtémoc.

Esta noche Don Felipito hacia ‘’guardia’’ cabeceando, mientras ‘’Cabo de Cuarto’’ dormía, ambos -dentro del cuartel- protegiéndose de la lluvia. Martínez y Peralta intimidaron a los guardias poniéndoles pistola al pecho, apoderándose del banco de armas, disparando gritaban “! Viva Carranza ¡”; sus cómplices, por Norte y Sur del poblado entraron repitiendo el ‘’viva’’, mientras con batahola armada por ladridos de perros, San Luís despertó en pesadilla; los soldados desarmados desde sus casas huyeron rumbo a Estados Unidos.

El Capitán consciente del asalto, desarmado rodeó hasta sur de calle Cuauhtémoc, donde en casa estaban sus hijos Amalia y Arnulfo con su esposa Celia Quiñones; abraza a madre e hijos, sale terciándose frazada sobre hombros, a zancadas avanza escondiéndose en una casucha recién incendiada frente al cuartel, donde los sublevados dejaron a un borracho centinela llamado Jacinto, quien no conocía San Luís, menos al Capitán, quien salió del escondite rifle en mano. Jacinto gritó: “Alto, ¡¿ Quien vive? ¡”. No contestó el Capitán. Jacinto disparó su máuser haciéndole caer destrozando hueso de músculos.

Al disparo acudieron cómplices, cuando Calles trató de incorporarse, a bocajarro vaciaron armas destrozándole cabeza y caja del cuerpo con cañón a quemarropa; huyeron estos borrachos a la lejanía.