/ lunes 3 de junio de 2019

De mi libreta

La falta de valores impulsa hechos sangrientos


Una vez más los hechos sangrientos contra la mujer nos enlutan a todos los sonorenses, pues los ataques a ella o a una niña son el reflejo de la falta de educación en los hogares y en las escuelas sobre los principios, derechos, obligaciones se han perdido y los actuales padres de familia no deben buscar soluciones en otra gente o en los Gobiernos, ya que solo se demuestra la falta de responsabilidad de los padres para con los hijos.

Otra situación muy lamentable y que muchos hogares sufren son las consecuencias de hijos drogadictos, es otra de las causas que generan este tipo de hechos y nuevamente la responsabilidad recae en los padres de familia al no estar al pendiente de lo que hacen los hijos o hijas y al final de cuentas los hogares se convierten en un infierno por las intransigencias de los hijos que son adictos.

Lo peor de todo es que los padres de familia no queremos reconocer nuestra responsabilidad para educar desde el hogar, los buenos hábitos, las buenas costumbres, los principios, los valores, el no temor a Dios, la comunicación y el no estar al pendiente de qué es lo que hacen, con quiénes se juntan, a dónde van nuestros hijos.

Vaya, ya estamos tan alejados o más bien ocupados trabajando para poder brindarles un mejor futuro que nos olvidamos de lo realmente importante, que es brindarles nuestro tiempo, platicar, convivir, porque en ocasiones no terminamos de conocer a nuestros hijos o peor aún, no nos tienen la confianza suficiente como para platicarnos qué es lo que les pasa.

Debemos como padres de familia ser sus amigos, conocerlos mejor, sin que se les olvide el respeto que debe de existir entre ambos, ya que muchos jóvenes confunden el llevarse bien y el tener una buena relación con la falta de autoridad.

Nuestra sociedad lamentablemente en la actualidad prefiere echar culpas a diestra y siniestra sin tomar la parte que le corresponde, es tiempo de que cada familia tome la responsabilidad que le toca, la de educar con valores, los cuales pueden ser reforzados en otras instituciones como las escuelas, pero las buenas costumbres, el diálogo, la solidaridad y la educación deben ser enseñadas en casa, no hay como poner el ejemplo, ése sí arrasa, porque finalmente nuestros hijos son el mejor reflejo de lo que somos.

Hoy nuestra ciudad esta consternada, dolida y exigiendo justicia para una pequeña, quien podría haber sido tu hija o un familiar cercano, como sociedad agraviada ante estos hechos indignantes es necesario que se aplique todo el peso de la Ley, pero también necesitamos como sociedad trabajar de manera conjunta en nuestros hogares, coadyuvar con las autoridades en programas preventivos y deportivos que permitan a nuestros hijos una sana convivencia.

Necesitamos brindarles tiempo, no de calidad como muchos acostumbran, necesitamos brindarles tiempo para que sepan que nos importan, que conozcan cuánto se les ama, que son importantes para su familia, porque podemos hacer muchas cosas, demostrándoles cuánto los amamos, pero también es importante decirles cuánto los queremos, aunque con nuestras acciones ya se los estamos demostrando.

La falta de valores impulsa hechos sangrientos


Una vez más los hechos sangrientos contra la mujer nos enlutan a todos los sonorenses, pues los ataques a ella o a una niña son el reflejo de la falta de educación en los hogares y en las escuelas sobre los principios, derechos, obligaciones se han perdido y los actuales padres de familia no deben buscar soluciones en otra gente o en los Gobiernos, ya que solo se demuestra la falta de responsabilidad de los padres para con los hijos.

Otra situación muy lamentable y que muchos hogares sufren son las consecuencias de hijos drogadictos, es otra de las causas que generan este tipo de hechos y nuevamente la responsabilidad recae en los padres de familia al no estar al pendiente de lo que hacen los hijos o hijas y al final de cuentas los hogares se convierten en un infierno por las intransigencias de los hijos que son adictos.

Lo peor de todo es que los padres de familia no queremos reconocer nuestra responsabilidad para educar desde el hogar, los buenos hábitos, las buenas costumbres, los principios, los valores, el no temor a Dios, la comunicación y el no estar al pendiente de qué es lo que hacen, con quiénes se juntan, a dónde van nuestros hijos.

Vaya, ya estamos tan alejados o más bien ocupados trabajando para poder brindarles un mejor futuro que nos olvidamos de lo realmente importante, que es brindarles nuestro tiempo, platicar, convivir, porque en ocasiones no terminamos de conocer a nuestros hijos o peor aún, no nos tienen la confianza suficiente como para platicarnos qué es lo que les pasa.

Debemos como padres de familia ser sus amigos, conocerlos mejor, sin que se les olvide el respeto que debe de existir entre ambos, ya que muchos jóvenes confunden el llevarse bien y el tener una buena relación con la falta de autoridad.

Nuestra sociedad lamentablemente en la actualidad prefiere echar culpas a diestra y siniestra sin tomar la parte que le corresponde, es tiempo de que cada familia tome la responsabilidad que le toca, la de educar con valores, los cuales pueden ser reforzados en otras instituciones como las escuelas, pero las buenas costumbres, el diálogo, la solidaridad y la educación deben ser enseñadas en casa, no hay como poner el ejemplo, ése sí arrasa, porque finalmente nuestros hijos son el mejor reflejo de lo que somos.

Hoy nuestra ciudad esta consternada, dolida y exigiendo justicia para una pequeña, quien podría haber sido tu hija o un familiar cercano, como sociedad agraviada ante estos hechos indignantes es necesario que se aplique todo el peso de la Ley, pero también necesitamos como sociedad trabajar de manera conjunta en nuestros hogares, coadyuvar con las autoridades en programas preventivos y deportivos que permitan a nuestros hijos una sana convivencia.

Necesitamos brindarles tiempo, no de calidad como muchos acostumbran, necesitamos brindarles tiempo para que sepan que nos importan, que conozcan cuánto se les ama, que son importantes para su familia, porque podemos hacer muchas cosas, demostrándoles cuánto los amamos, pero también es importante decirles cuánto los queremos, aunque con nuestras acciones ya se los estamos demostrando.

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