/ viernes 22 de diciembre de 2023

Etnias en Cuenca del Colorado

Hoy mismo, es ánimo de aborígenes Quetzchan pretender fortalecer la identidad étnica Pataya, con las familias originales de la Cuenca del Río Colorado, cubriendo el Paraíso Riano Déltico Cucapah sobre valles de Mexicali y San Luís.

Entre 1823 y 1877 fueron registradas familias étnicas viviendo entre Cucapah; una en hoy territorio mexicalense: los Dieguinos, habitando sitio que tomó su nombre la estación del ferrocarril Intercalifornias (El Pachuco), actual ejido República Mexicana y, en territorio sanluisino en la Grulla habitaron nativos Hualapai y casi al alcance de las mareas vivieron apaches coyoteros (llamados Tontos) en rancherías La Nochebuena, Salsipuedes y la Salada, inmediatos al actual Poblado Independencia.

Historiadores reconocen a México como el país ‘’Origen’’ de los Apaches su antiguo asiento en ‘’Cuatro Vétices’’: sureste de Arizona, sur de Nuevo México, suroeste de Texas, noroeste de Chihuahua y noreste de Sonora.

En ese territorio sobrevivió la apachería por relación familiar en siete grupos: navajos, lipanes, jicarillas, mezcaleros, mimbreños, chiriguas y coyoteros, hermanados entre si; fueron muro contra la expansión española, atacandoles ranchos agrícola-ganaderos, Misiones y Presidios frecuentemente acosados por apaches, atacando asesinaban los hombres, llevándose como botín: caballada, ganado, granos, arreos, mujeres y niños, a quienes esclavizaban o vendían (con el nombre de niforas); negociando rescate por trueque en caballos, ganado o alimentos.

Particularmente la región del desierto de Altar, fue azotada con fiereza devastadora, desde 1736 cuando corrió rumor que: “un cerro crecía produciendo plata” en el Rancho La Arizona. Esto desató avalancha de aventureros, gambusinos y mineros, quienes cruzaron territorio Apache escudriñando, hacia la región del Sáric, Sásabe, al norte de Atil y Tubutama, pleno corazón de la Pimería Alta.

Todo gambusino urgó “piedras de malpaisal” hasta Trincheras, Ocuca, Caborca; buscando minerales en la Ciénega, el Tiro, el Boludo, Puerto Comou; pero por pleito entre misioneros y soldados por las minas, la apachería sentó su madriguera creando pavor en la región; luego, los ranchos ganaderos de escasa población vivieron en zozobra, temiendo sorpresivo ataque.

La amenaza apache creó caos entre la nueva línea fronteriza marcada a consecuencia de la desgraciada guerra de 1847 contra México, separando en dos las naciones; entonces en indomable valentía Apache figuraron como en líderes: Cochise, Mangas Coloradas, Gerónimo, Victorio, Kayitah, Nana, Ju, El Loco, Eskiminzin, Naiche, Martine, Etc. De los apaches aún se oye su grito de guerra en Sonora y Chihuahua en Bella Esperanza, junto a Nacozari peleando contra Ignacio Pesqueira en 1850.

Hoy mismo, es ánimo de aborígenes Quetzchan pretender fortalecer la identidad étnica Pataya, con las familias originales de la Cuenca del Río Colorado, cubriendo el Paraíso Riano Déltico Cucapah sobre valles de Mexicali y San Luís.

Entre 1823 y 1877 fueron registradas familias étnicas viviendo entre Cucapah; una en hoy territorio mexicalense: los Dieguinos, habitando sitio que tomó su nombre la estación del ferrocarril Intercalifornias (El Pachuco), actual ejido República Mexicana y, en territorio sanluisino en la Grulla habitaron nativos Hualapai y casi al alcance de las mareas vivieron apaches coyoteros (llamados Tontos) en rancherías La Nochebuena, Salsipuedes y la Salada, inmediatos al actual Poblado Independencia.

Historiadores reconocen a México como el país ‘’Origen’’ de los Apaches su antiguo asiento en ‘’Cuatro Vétices’’: sureste de Arizona, sur de Nuevo México, suroeste de Texas, noroeste de Chihuahua y noreste de Sonora.

En ese territorio sobrevivió la apachería por relación familiar en siete grupos: navajos, lipanes, jicarillas, mezcaleros, mimbreños, chiriguas y coyoteros, hermanados entre si; fueron muro contra la expansión española, atacandoles ranchos agrícola-ganaderos, Misiones y Presidios frecuentemente acosados por apaches, atacando asesinaban los hombres, llevándose como botín: caballada, ganado, granos, arreos, mujeres y niños, a quienes esclavizaban o vendían (con el nombre de niforas); negociando rescate por trueque en caballos, ganado o alimentos.

Particularmente la región del desierto de Altar, fue azotada con fiereza devastadora, desde 1736 cuando corrió rumor que: “un cerro crecía produciendo plata” en el Rancho La Arizona. Esto desató avalancha de aventureros, gambusinos y mineros, quienes cruzaron territorio Apache escudriñando, hacia la región del Sáric, Sásabe, al norte de Atil y Tubutama, pleno corazón de la Pimería Alta.

Todo gambusino urgó “piedras de malpaisal” hasta Trincheras, Ocuca, Caborca; buscando minerales en la Ciénega, el Tiro, el Boludo, Puerto Comou; pero por pleito entre misioneros y soldados por las minas, la apachería sentó su madriguera creando pavor en la región; luego, los ranchos ganaderos de escasa población vivieron en zozobra, temiendo sorpresivo ataque.

La amenaza apache creó caos entre la nueva línea fronteriza marcada a consecuencia de la desgraciada guerra de 1847 contra México, separando en dos las naciones; entonces en indomable valentía Apache figuraron como en líderes: Cochise, Mangas Coloradas, Gerónimo, Victorio, Kayitah, Nana, Ju, El Loco, Eskiminzin, Naiche, Martine, Etc. De los apaches aún se oye su grito de guerra en Sonora y Chihuahua en Bella Esperanza, junto a Nacozari peleando contra Ignacio Pesqueira en 1850.