Si el populismo llega al poder en México, y como consecuencia nos convertimos en otra Venezuela, uno de los responsables será el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Nos hemos pasado dos siglos quejándonos, con toda razón, de que los EU se comportan, según escribió José Martí a su amigo mexicano Manuel Mercado, como “ el Norte revuelto y brutal que nos desprecia “.
Una leyenda urbana creída a ambos lados de la frontera afirma, afirmaba, que México jamás podría tener un gobierno de izquierda radical, porque Estados Unidos no lo permitiría. Sin embargo ahora, cuando
esa posibilidad es evidente, Washington hace campaña a favor de los socialistas, golpeando y disminuyendo a quienes podrían cerrarle el paso.
Porque eso es lo ha hecho y hace Donald Trump desde que tomó posesión: golpear al gobierno mexicano en todas las formas posibles, disminuyendo así el prestigio y la fortaleza del partido en el poder y su posibilidad de conservarlo ( aquí habría que subrayar que ha sido ayudado con entusiasmo por los dirigentes de ese propio partido, pero esa es historia militar, digna de otro tambor ).
Haber cerrado con éxito la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN, habría fortalecido enormemente al presidente Peña, y a su candidato, pero Trump se ha dedicado a torpedear sistemáticamente las conversaciones, y a estas alturas del partido, lo que pase con el TLCAN no influirá un ápice en los resultados del primero de julio. Confirmar los beneficios de la ley que protegía a los dreamers, habría sido una pluma en el sombrero del gobierno mexicano, pero Trump sigue jugando al gato y al ratón con ellos. Y ahora, como cereza en el pastel, asesta a la economía nacional la puñalada trapera de unos aranceles que no ayudan en nada a la administración.
El aislacionismo norteamericano y el muro
Los Estados Unidos quieren ser líderes del “ mundo libre “ y también su policía, pero detrás de una pared y sin ensuciarse las manos.
Entre dos oceános y dos incondicionales, “ America “, así se autodenominan apropiándose para uso exclusivo el apelativo continental, siempre se ha considerado un mundo aparte. Recuérdese que en ambas guerras mundiales, entró dos años tarde, retenida por los aislacionistas.
Ahora quieren un muro en la frontera con México.
Alegan una serie de razones, la mayoría inconsistentes. En realidad quieren completar la barrera higiénica que han creado.
Quieren no ver lo que no les agrada. Y México no les agrada. Y menos les va a agradar, cuando el charichavismo mande aquí.
Buenos días. Buena suerte.
juegodepalabras1@yahoo.com
Sitio Web: juegodepalabras.mx