Aunque actualmente la industria del videojuego y todo lo que lo rodea parece ser de lo más estable, como todas los grandes medios de entretenimiento, tuvieron una etapa de experimentación y un posterior declive, que incluso casi la llevan a su desaparición.
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Prácticamente a todos los medios de entretenimiento les ha sucedido esto, o les sucede actualmente, véase como por ejemplo, la televisión fue rebasada por la masificación del internet, o como el cine, ha tambaleado últimamente por el gran alcance y popularidad que ha tenido el streaming.
En el caso de los videojuegos hubo una situación específica en la que, de haberse desarrollado de distinta manera, la industria entera hubiera desaparecido, este periodo se le conoce como “La crisis del 83”, Aquí te contamos la historia:
La crisis del 83
La crisis del videojuego de 1983 marcó un momento oscuro en la historia de la industria de los videojuegos. Afectó a Estados Unidos y se desencadenó por varios factores, incluyendo la saturación del mercado con juegos de baja calidad, el colapso de empresas clave y la falta de regulación.
Durante ese período, los consumidores se enfrentaron a una avalancha de videojuegos de mala calidad y hardware defectuoso, lo que llevó a la pérdida de confianza en la industria. La sobreproducción de juegos por parte de muchas compañías resultó en una saturación del mercado, lo que a su vez redujo la demanda y causó una caída en las ventas.
La quiebra de grandes compañías como Atari y la crisis del mercado de los cartuchos de juegos contribuyeron aún más a la situación. Muchas tiendas y minoristas comenzaron a deshacerse de su inventario de videojuegos a precios bajos o incluso a enterrarlos en vertederos, ya que la demanda había disminuido drásticamente.
Como resultado de esta crisis, muchos expertos predijeron que los videojuegos estaban destinados a desaparecer por completo. Sin embargo, la industria logró recuperarse gradualmente a mediados de la década de 1980 gracias a la llegada de consolas como la Nintendo Entertainment System (NES) y a la calidad de los juegos que ofrecían. Títulos como "Super Mario Bros." ayudaron a restablecer la confianza de los consumidores en los videojuegos y sentaron las bases para el resurgimiento de la industria.
La crisis del 83 sirvió como una lección importante sobre la importancia de la calidad, la innovación y la gestión prudente en la industria de los videojuegos. A medida que la industria creció, se establecieron regulaciones y estándares más sólidos, lo que contribuyó a su eventual éxito continuado.