Tras darse a conocer su historia en las redes sociales, en donde se compartió que ningún invitado había acudido al festejo de sus quince años, Karen Aguiluz López se encontraba recibiendo a cientos de personas dispuestos a celebrar junto a ella, siendo este un hecho que trascendió, se hizo viral y que hoy agradece, compartiendo su experiencia.
Al respecto, la festejada comentó a TRIBUNA DE SAN LUIS que, en un principio, ella no se encontraba triste. Al contrario, ella sabía que realizar dicho evento en medio de una contingencia sanitaria ameritaba la presencia de pocos invitados, algo por lo que ella estaba agradecida.
Sin embargo, el desánimo ocurrió cuando algunas de sus amigas no pudieron asistir, situación a la que no quería prestarle mucha atención, ya que se trataba de una fecha muy especial.
“Solo se había planeado algo para unas 30 personas. La mayoría no pudo acudir debido al posible rebrote que dicen del coronavirus. Éramos menos de 17 y mi prima lo que hizo fue tomarme una foto para subirla a las redes. Muchos pensaron que yo estaba llorando, pero la verdad es que yo estaba conforme, aunque sí esperaba más invitados no me sentía triste”, recordó la entrevistada y agregó que de un momento a otro empezaron a llegar varios autos con personas que querían llegar a la fiesta, creyendo que se habían equivocado de evento, ya que algunas iban disfrazadas por Halloween.
MÁS ALLÁ DEL EVENTO: ¿QUIÉN ES KAREN?
Estudiante del primer semestre del Conalep, Karen dijo que ella vive muy tranquila esta nueva normalidad y que le echa muchas ganas a la escuela; que su pasión es dibujar y que aún no sabe qué va a estudiar en la universidad, aunque en un inicio se inclinaba a la especialidad de enfermería para luego enfocarse a Criminalística.
También, que es amante del futbol y del voleibol; no obstante, sufrir asma desde el primer año de secundaria le ha costado dejar las actividades físicas y deportivas, aunque eso no la detiene para hacer ejercicio de vez en cuando porque es lo correcto para mantenerse saludables.
“No soy una persona que salga mucho. Puedo correr, pero no tanto. Me cuesta respirar a veces. En mi fiesta, cuando todos me sacaban a bailar, me regresaba a mi silla porque no me quería agitar demasiado y para agarrar el aire que me hacía falta”, dijo y mencionó que previo a la pandemia se encontraba en trámites para estudios médicos pues tuvo complicaciones y se sometió a varias sesiones de nebulizaciones.
Respecto a la tensión generada a raíz de la presencia de más de 300 personas y de otras decenas más que descendían de sus vehículos para acercarse a ella, mencionó que éstas usaban cubrebocas y que en su fiesta se dotó de gel antibacterial.
SORPRESA PARA LOS PADRES
En cuanto a la experiencia que tuvieron Ramón Aguiluz, padre de la quinceañera, explicó que sentía tristeza porque se trataba de un evento que para su hija debía ser único, a pesar de que lo logró organizar rápido y con pocos fondos, aunque esto último no fue un impedimento ya que recibieron el apoyo de amistades para el salón, vestido y una bocina para la música.
“Nuestros recursos están limitados y lo pudimos haber planificado para el otro año, para esperar a tener más invitados, pero a mi hija no le importó hacerlo como u pequeño convivio, el problema fue que la fiesta se miraba triste y desolada, entonces mi sobrina Ogla salió con la idea de invitar a otra gente. Yo fui por hielo y de repente había decenas de personas con mi hija y en una caravana de carros”, compartió y recordó que momentos antes confío en Dios para que todo saliera bien.
Por otra parte, Bertha López, madre de la festejada, dijo que fue poco después de las 08:00 de la noche cuando estaba repartiendo la cena con los pocos invitados que habían asistido y miró que varios grupos de personas pedían entrar para felicitar a su hija.
“No sabía si enojarme o reírme, era mucha gente. Tuve emociones encontradas y lo único que hice mejor fue ver a mi hija disfrutar. Le llegaron dos bandas, le regalaron un reloj, un anillo de oro. En fin, muchas otras cosas más. Todos se tomaban fotos con mi niña y ella se puso a la puerta del salón para saludar a las personas que venían en caravana de autos desde la calle 2 hasta la 7. Me sentí feliz por todos ellos que la apoyaron.
Por último, Karen recordó: “me dijeron que habían visto la publicación en Facebook y que estaban ahí para apoyarme. Estaba muy nerviosa. Me dio mucha pena ver tanta gente, pero no quise verme muy amargada así que salí a bailar de ratito en ratito. Me gusta mucho hacerlo, pero yo soy muy tímida, aunque sí me puse muy feliz porque había muchas personas felicitándome y tratándome muy bonito. Pasaban y bailaban conmigo”.
