Una gran cantidad de intentos de extorsión vivieron Marina Cabrera y Jesús Serrano durante los siete años que duraron buscando a su hijo Ricardo, con quien perdieron contacto en agosto 2016, luego de que el joven de apenas 27 años viajó a la frontera tras el “sueño americano”.
Huesos en bolsas, amenazas y números de “la Fiscalía”, recibía Marina, para decirle que ya habían encontrado a su hijo.
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Cuenta, que le pedían dinero para que a los huesos, que terminaban siendo falsos, le hicieran una prueba de ADN, para confirmar si era o no su hijo, pero que no hacía los pagos porque no tenía la cantidad que le pedían.
“Hasta huesos me mandaban en bolsas y decían que era mi hijo que tenía que aportar algo y que decían que los iban a dejar en la Fiscalía, para que le hicieran el ADN y le decía a mi hijo mira aquí está mi hijo y me decía no mamá ese no es tu hijo”.
En esta larga búsqueda Marina y Jesús, contactaron a las Madres Buscadoras de Sonora, a una persona de nombre Angélica y a don Osvaldo Hernández, quienes en todo momento apoyaron a la búsqueda de su hijo, hasta encontrarlo.
Fueron las Madres Buscadoras, las que asesoraban a la pareja de padres desesperados por encontrar a su hijo y los aconsejaban, para que no pagaran por ninguna prueba y así evitar caer en la extorsión de personas que lucran con el dolor ajeno.
“Las Madres Buscadoras de Sonora, me decían “no mija ese no es tu hijo”... Y pues no daba el dinero que me pedían porque no lo tengo, los extorsionadores, hasta me mandaban el número de la Fiscalía pero eran mentiras”.
Comentó que su gran dolor
Por esta razón Jesús recomienda a todos los padres que tienen a un hijo desaparecido que no pierdan la fé y que se acerquen a instancias que se dediquen a la búsqueda y que no lucren con sus situaciones.
En este tiempo que estuvieron lejos de su hijo y sin saber de él, Marina comentó que incluso recibió regaños de familiares porque se acercaba a personas en situación de calle a apoyarlos con “un taco o un refresco”, porque ella no sabía si en esa misma situación se encontraba su hijo.
Por eso le pide a la ciudadanía en general que abran su corazón y apoyen a las personas que están en situación de calle y que no se sabe si también los están buscando.
“Que tienen que apoyar… Luego hasta me regañaban porque me decía que sí por qué les daba un taco porque les digo que no sé en qué situación esté mi hijo, la verdad; y yo lo hago porque aunque no tenga mucho algo que coman las personas de situación de calle”.
Como ya se sabe Marina Caberera y Jesús Serrano perdieron contacto con su hijo en agosto de 2016, luego de que el joven llegara a la frontera a buscar pasar a Estados Unidos para buscar un trabajo y así sostener a sus tres hijos y apoyar a los gastos en su hogar.
Pero todo cambió el rumbo de las cosas y las circunstancias llevaron a Ricardo a vivir en situación de calle por estos largos siete años.
Los hijos del joven han crecido y ya el más grande tiene 15 años, pero los abuelos dicen que no preguntan por papá porque toman el tema con mucha discreción y que incluso se han desacostumbrado por todo el tiempo que tienen sin verlo.
“Los hijos no saben que encontramos a su papá, solo el mayor, ellos no hablan y no son de mucho hablar, son tímidos. Pero al mayor le hemos propuesto que venga a ver a su papá y él está dispuesto a venir acá a encontrarse con su papá”.
Después de esta larga búsqueda Osvaldo Hernández fue pieza clave para encontrar al desaparecido y también para lograr hacer el contacto así como llegar a la Casa del Migrante de Martín Salgado, en donde les están ofrecindo vivienda, vestimenta y alimento.
Sin embargo, los padres de Ricardo no están conformes y están en la búsqueda de empleo para mantener sus necesidades en las estancia en San Luis Río Colorado, mientras su hijo se recupera de la siutación en la que estaba o bien para quedarse a residir en esta ciudad si en acuerdo en familia lo deciden así.
A Jesús padre de Ricardo, afortunadamente le han llamado para trabajar en un taller mecánico en donde se presentará este martes a las 7:00 horas, sin embargo sus problemas de salud (presión) podrían limitarlo a presentarse.
“Se me hincharon las manos, nomás llegué aquí, yo padezco de la presión, pero si me acostumbro al clima y mejoro de salud, aquí me voy a quedar hasta que lo decida mi hijo y si es necesario nos traemos a toda la familia para acá”.
Desafortundadmente Ricardo no está del todo bien de salud por lo que en el reencuentro con sus padres no pudo reconocerlos, cuando por fin Marina y Jesús había visto la luz en el camino, Ricardo los desconoce y le suelta la mano su madre a tres cuadras donde lo habían encontrado y regresa a su refugio en el Parque Yoreme en donde afortunadamente volvió a intervenir Osvaldo Hernández y les dio la idea de hablarale a la Policía para que los ayudara a trasladralo a la Casa del Migrante.
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Jesús cuenta que han tenido que anexarlo en un centro de rehabilitación y readaptación a la sociedad, donde le brindarán terapias para definir su situación, por lo que están a la espera del diagnóstico para saber si se quedan por algún tiempo, se regresan a la Ciudad de México o bien si se traen a toda la familia.
“Nos abrazamos y le mandamos a comprar agua y refresco y él (Jesús) le dijo que éramos sus padres, le comentamos que lo queríamos asear y nos dijeron que podíamos venir a la casa del Migrante y le dimos la mano y como a tres cuadras se volvió a regresar, porque nos desconoció totalmente, pero esperaremos a que se recupere para definir qué vamos a hacer”.