Al verse frente a frente en medio de una manifestación feminista, la tercera en su tipo en San Luis Río Colorado, mujeres rompieron el silencio mientras recordaban aquella vez en que la pequeña Itzel Nohemí fue buscada hasta el cansancio y el trágico desenlace que tuvo su historia, lo que ha servido para unir sus voces y exigir justicia para quienes actualmente sufren de violencia o agresiones sexuales.
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Eran las 07:00 de la noche y el cielo apenas oscurecía cuando en cartulinas comenzaron a plasmar mensajes como “las niñas no se tocan”, “todas somos Nohemí”, “tú no tienes la culpa, mi amor, de que el mundo sea tan feo”, atendiendo a la convocatoria de #MeToo, movimiento de carácter mundial que fue replicado en esta ciudad fronteriza, en el parque La Tortuga, a manera de dar a conocer que las violaciones, maltratos, acoso y abusos en contra del sexo femenino suceden diariamente, sin la intervención de las autoridades o de las familias de las víctimas.
Naomi Citlali García Miranda, organizadora de dicho movimiento, compartió que la actividad surgió a raíz de que tanto ella como sus amigas empezaron a liberarse de las malas experiencias que han tenido y de la injusticia que es permanecer calladas por temor.
“Marchamos en nombre de Itzel Nohemí y de otras que han sufrido. Muchas personas se nos acercaron, entre estas algunas pequeñas de cuatro años, quienes nos preguntaron qué le había pasado a la niña. ¿Cómo les explicas con las palabras correctas lo que le ocurrió?”, dijo en torno al impacto de ese momento y de la necesidad de hacer consciencia en la comunidad.
“Si un familiar le hace daño a una niña, se lo callan. ¿Cómo alguien puede enterarse de lo que sucedió y no pensar en la integridad de la menor? La mujer recibe dos castigos en su vida: la primera es permitir que sufran esas cosas y la segunda al callarnos para no denunciar. Con una sola que hable hablan todas, pero terminan callando por miedo”, expresó la entrevistada y agregó que “ya no están solas”.
AGRESIONES SUCEDEN TODOS LOS DÍAS
A su vez, la joven de 19 años explicó la urgencia de seguridad en las calles, ya que es el sitio donde más son atacadas.
“Cuando eres niña siempre pasa algo. Todas mis amigas y personas que estaban en la manifestación coincidieron en eso. Yo sentí acoso por primera vez a mis 10 años y desde entonces he sufrido de agresiones en la calle”, compartió y dijo que seguido le gritan cosas disfrazadas de halagos como “guapa” o “hermosa”; también, que le chiflan o lanzan besos, le pitan desde los vehículos o siente miradas morbosas.
“He sido víctima de acoso callejero; estando afuera de mi casa un tipo me habló desde su carro en movimiento, preguntándome una dirección y luego vi que su mano se movía exhibiéndome sus partes genitales. Él me seguía y cuando miró que iba a gritar se fue. Nunca me había sentido tan mal, me quedé quieta, llorando”, recordó con rabia, señalando que esa es la inseguridad que la hace sentir la sociedad y por la cual las mujeres ya están hartas.
Por último, extendió una invitación a todas las mujeres sanluisinas, ya sean niñas, adolescentes o adultos, para unirse al movimiento #MeToo, pues próximamente realizarán otras marchas y actividades para generar confianza y luchar por los derechos de la comunidad femenina.
“No se callen, no lo haces por ti sino por las demás. Tengan precauciones, carguen siempre con un gas pimienta o un teaser, algo con lo que se puedan defender y si les llega a hacer daño háblenlo, ustedes son fuertes. Ese alguien tendrá que rendirnos cuentas a todas”.
