Por una difícil situación atraviesan los productores de ladrillo que se ubican en el ejido La Grullita al verse en la necesidad de realizar el proceso de quema de su material a las afueras de la ciudad, lo que se ha traducido en nulas ganancias para el gremio.
Así lo compartieron un grupo de ladrilleros entrevistados por TRIBUNA DE SAN LUIS, al destacar que de semanas a la fecha han optado por no encender los hornos para no causar molestias entre los vecinos, aunado a apelar a temas ambientales.
El señor David Vega Moreno explicó que, a diferencia de otros compañeros, son muchos los que no tienen un espacio propio en la zona de alto impacto a donde llegar y realizar la quema de su producto, además, de no contar con transporte para el traslado diario hasta el área permitida para encender los hornos.
“Estamos en la disposición de reubicarnos, pero también ocupamos a donde llegar, porque lo que hacemos es que vamos y le pagamos a alguien para que queme nuestro ladrillo, y también a para que nos los lleve y traiga, entonces la ganancia es mucha menos que antes”, reveló.
Agregó que antes de ser reubicados, por cada ladrillo, se lograba una ganancia de 1 peso con 50 centavos, lo que se dividida entre el total de los trabajadores, “ahora con la necesidad de quemar allá, la ganancia es de 50 centavos.”
Por su parte el productor Luis Acosta Aguilar dijo que hasta la fecha han logrado apoyarse de compañeros que ya tienen un lugar propio en la zona que el Ayuntamiento acondicionó para la quema permitida, pero ello, para algunos es un gasto importante, por lo que esperan no tener que recurrir a encender de nuevo los hornos en la mancha urbana y volver a conflictuarse con las autoridades.
“Lo que menos queremos es afectar con el humo que causan los hornos, pero también que el Ayuntamiento entienda que no nomas está de irse a esa zona y ya, eso implica un gasto que muchos no podemos costear, para empezar, no tenemos a donde llegar”, aportó.
EL PROBLEMA
Es que muchos de los ladrilleros no cuentan con un vehículo en condiciones para los constantes viajes a la zona de quema permitida ni de un lugar propio