Por ser septiembre, mes de la Concientización de Cáncer Infantil, Ogla Aguiluz, madre de una niña de 3 años de edad que padece cáncer de la sangre (leucemia), exhorta a los padres de familia a solicitar atención médica para sus hijos ante los primeros síntomas de la enfermedad que es curable si se detecta oportunamente.
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Ogla Aguiluz señaló que la lucha contra el cáncer comenzó en octubre de 2019 cuando los médicos le dieron el diagnóstico. Sin embargo, le ha podido hacer frente de la mano de Dios y del doctor Ricardo de León, oncólogo encargado de la atención de Victoria.
La madre de familia contó que cuando su hija tenía 1 año 8 meses de edad, de un día para otro manifestó sentir cansancio, desánimo por realizar actividades que antes disfrutaba como jugar con sus hermanos, dormía en exceso y dejó de comer, lo cual, en un principio, creyó que era normal en una niña.
Además, comenzaron a aparecer moretones en diversas partes de su cuerpo, repentinamente tenía fiebre, dolor de pies y se le inflamó el estómago, síntomas que por supuesto alertaron a Ogla quien de inmediato la llevó a consulta con un médico de la localidad que la canalizó al Hospital General de Mexicali donde le confirmaron que Victoria tenía leucemia en un estado avanzado, por lo que su estado de salud era crítico y había que iniciar cuanto antes con un tratamiento.
“En ese momento, los médicos no me daban muchas esperanzas. Me dijeron que el cáncer estaba muy avanzado. Entonces yo, me incliné a rezar, a pedirle a Dios que sanara a mi niña y que le diera fortaleza para soportar el tratamiento. Es muy doloroso para ella, han sido muchas transfusiones de sangre, quimioterapias e internamientos a los que se ha sometido mi pequeña guerrera, pero va bien”, externó.
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Aproximadamente en junio de 2022, Victoria concluirá el tratamiento de quimioterapias y de ahí, deberá acudir por 5 años a revisiones médicas periódicamente para corroborar que el cáncer no ha regresado.
Para Ogla Aguiluz esta etapa de su vida no ha sido fácil pues ha implicado desgaste físico y emocional para ella, Victoria y su familia cercana. Ha sido un ir y venir constante a Mexicali, pero “todo ha valido la pena porque mi niña va muy bien con su tratamiento. Esperamos que pronto la den de alta los doctores. Gracias a la gente que me ha apoyado y que ha hecho oración por mi niña”.
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