El 29 de marzo de 2018 Kevin Alberto, un niño de solo 11 años, jugaba despreocupadamente sin saber que estaba a punto de pasar por el momento más traumático de su corta vida, pues por las vías férreas en las que se encontraba estaba por pasar una locomotora que atraparía su pierna izquierda.
Cómo suelen pasar los accidentes, las cosas ocurrieron en un segundo, el tren pasó y lo prensó, la extremidad del pequeño recorrió varios metros atrapada entre la enorme máquina y el riel causando severos daños el pequeño.
Esa tarde en empalme, ciudad donde ocurrió esta tragedia, Claudia Patricia Oláguez Bajeca, madre del pequeño, se centraba trabajando cuando recibió la noticia: su niño había sido atropellado por el tren y se encontraba en una ambulancia camino al Hospital General de Zona No.4 del IMSS en Guaymas.
En el nosocomio, los galenos actuaron rápido y lo diagnosticaron con lesión en miembro pélvico con fractura expuesta de tibia y peroné, además de presentar severos daños en una de las arterias principales de la pierna, lo que hacía enorme el riesgo de que el niño muriera desangrado o perdiera la pierna.
Ante esto, los médicos tomaron la resolución de ordenar su traslado a las instalaciones del Hospital General de Zona No.14 en esta capital, donde la rápida acción de los médicos del instituto lograron salvarle la vida.
“Lo estaban esperando porque llegó en muy mal estado, se estaba desangrando y en cuanto llegó allá los médicos se le fueron como cuando la miel atrae a las abejas y lo primero que le hicieron fue reconstruirle la arteria para detener la hemorragia”, afirmó la conmovida madre de Kevin.
Tras una larga intervención quirúrgica, observación y otras intervenciones, Kevin Alberto fue trasladado a Ciudad Obregón, donde se le realizó una cirugía de injerto de piel en el Hospital General Regional No. 1, para después iniciar las terapias.
“Para el mes de abril lo trasladaron a Obregón para colocarle el injerto de piel, donde gracias a Dios salió muy bien y lo dieron de alta en junio, regresó para que le retiraran los fijadores en octubre y pues ahorita ya esperamos la rehabilitación, estamos muy agradecidos con el Seguro Social”, agregó agradecida la madre de familia.
Ahora, gracias a las acciones de los comprometidos doctores, el pequeño Kevin se encuentra próximos a dejar sus muletas para volver a caminar y, en un futuro quizá no muy lejano, correr de nuevo junto con los niños de su edad, quedando su historia como un llamado para mantenernos siempre alertas y vigilar a nuestros hijos.