El Instituto Cesar Chávez en San Luis, Arizona realiza un estudio en donde estudian los flujos migratorios que se dan en territorio estadounidense, tomando en cuenta que llegan personas de diferentes partes del mundo año con año.
Este estudio tiene como objetivo recopilar información de los distintos países de la región en base a parámetros comparables de los componentes y especificidades de los flujos migratorios.
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Afirmó que la información a relevar en esta instancia serán datos estadísticos, de los últimos 10 años, en determinados países de Iberoamérica.
Entre los datos relevados serán género, edad, nivel educativo, país de nacimiento, país de procedencia, situación de regularidad, tiempo y lugar de permanencia, no hay un único modo de articular o relacionar culturas.
Este proceso puede gestarse armónicamente, integrando culturas, pero puede constituirse conflictivamente por medio de relaciones sociales atravesadas por fronteras, visibles algunas y/o invisibles.
El lugar de las asociaciones de colectividades extranjeras referidas en el punto anterior suele consolidarse en algunas oportunidades aportando a la integración, a la consolidación de las propias identidades nacionales y étnicas y, en otras oportunidades, asumen un rol conductor de la resistencia a las fronteras y obstáculos que impiden una articulación armónica e igualitaria en el acceso a derechos y la participación social, económica y política.
El extranjero, en tanto, ha dejado de ser una unidad completa y única para constituirse en la parte de un todo, en otras palabras, está asediado por todas aquellas características, por todos los atributos, que configuran la identidad de su origen nacional según la mirada que porta el nativo.
Afirman que no tiene posibilidad alguna el migrante de hacerse de un “lugar”, de elegir libremente su “lugar”, el suyo es el “lugar” de sus raíces, la distancia que él mantenga con su origen no cuenta para el nativo.
Aseguran que es necesario que las políticas y acciones migratorias faciliten la regularización de la situación documentaria de los inmigrantes en los países receptores y su acceso igualitario a los derechos sociales, económicos y culturales.
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Asimismo, que consideren el fortalecimiento de los vínculos con sus emigrantes y la formulación de acuerdos bilaterales y multilaterales para garantizar estándares adecuados de calidad de vida.
Por otro, y no menos importante, es conveniente que los Estados se planteen la urgencia de promover el desarrollo y reducir las desigualdades económico-sociales en sus países, para que su población tenga el derecho de elegir entre migrar o permanecer en su país de origen.