Marcela Cuevas Soria es una emprendedora de negocios que hace 7 años, al asistir a un curso de repostería descubrió que posee la habilidad y el gusto por elaborar postres, con los cuales logró cautivar el paladar de sus clientes.
Contó que antes de dedicarse a la repostería, se desempeñó como empleada en diversas empresas locales, aunque en el fondo deseaba encontrar una actividad que le permitiera trabajar desde casa para estar al pendiente de sus hijas. En ese momento tenía dos niñas y actualmente tiene también un bebé de 2 años.
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“Al trabajar fuera de casa no podía hacerme cargo al cien por ciento de mis hijas y eso me preocupaba. Un día tomé la decisión de inscribirme a un curso de repostería en el ICATSON. Aprendí a hacer muchos postres, desde pasteles, coyotas, pay de queso, manzanas cubiertas, rollo de calabaza, chocoflanes y otros más”.
Agregó que al principio tuvo la idea de entrar a este curso para hacer postres para compartir con sus hijas y su esposo. Sin embargo, cuando los probaron sus familiares y amigos quedaron cautivados con el sabor y empezaron a preguntar qué si no hacía para vender. Fue así que comenzó a comercializar los postres, primero en rebanadas y posteriormente pasteles completos y chocoflanes.
“La gente me pedía pasteles para bodas y quinceañeras. Los hice por un tiempo, pero ahora solo hago pasteles de coco. A mis clientes les han gustado mucho. De hecho, tengo clientes aquí en San Luis y también en Mexicali. Los distribuyo por medio de los colectivos, restaurantes y hago entregas a domicilio. Últimamente me han estado pidiendo en Tijuana y Puerto Peñasco por eso tengo pensado crecer hacia a esas ciudades con mis pasteles”.
Marcela Cuevas comentó que su esposo es quien siempre la ha apoyado e impulsado a luchar por alcanzar sus metas y en la actualidad, sus hijas de 18 y 11 años están involucradas en este negocio familiar, ya que le ayudan a preparar los pasteles, promoverlos mediante redes sociales “Repostería March” y distribuirlos.
La especialidad de la propietaria de Repostería March son los pasteles de coco en un tamaño que alcanza para 8 o 10 personas, por lo que es ideal para disfrutarlo con la familia y amigos a cualquier hora del día acompañado de un café o bebida de su preferencia, destacó.
“Considero que el éxito de un negocio es la constancia, calidad y atención que brindas a tus clientes. Me gusta hornear diario para garantizar un producto fresco, recién hecho artesanalmente, utilizando coco rallado cien por ciento natural para cubrirlo”, externó.
Los pasteles que elabora Marcela son de pan blanco sabor a coco, rellenos y cubiertos de queso crema y además están cubiertos de coco rallado 100% natural, lo que les da un toque especial.
Para finalizar, resaltó que está muy contenta de dedicarse a vender pasteles, pues es un trabajo que le permite obtener ingresos económicos para su hogar, sin descuidar a su familia, principalmente a sus hijos y eso para ella es lo más importante de emprender un negocio propio.