Universidad La Salle, Facultad de Derecho, clase con uno de los mejores maestros, el doctor Juan Federico Arriola, llega descompuesto al salón, alterado, algo se rumoraba en el campus, algo se sentía en el ambiente, el aire estaba pesado, secretos, noticia sin confirmar, era otra época con muy pocos teléfonos celulares, todavía se usaban radio localizadores, pero en esa época como todavía hoy en día, el radio era la más grande fuente de información.
“Acaban de matar a Luis Donaldo” así entrando al salón y diciendo esto Federico, “sólo vengo a decirles que no puedo dar clases, no sé qué va a pasar en el País, estoy seguro que van a suspender clases en toda la universidad” y así fue, se suspendieron todas las clases.
El aire se hacía más y más pesado, ya se había confirmado la noticia, habían matado al candidato, pero en mi caso, en el caso de muchos de los que estábamos en La Salle, no teníamos más que la información que llegaba por rumores. Lo mejor era ir a casa y encender la televisión.
Así comenzó lo que todo el mundo vio, una y otra vez la dolorosa escena del disparo, el candidato herido de muerte, la muchedumbre alterada, la crónica de Talina Fernández y la molestia de Jacobo.
Sonaba y sonaba la maldita culebra, la culebra, la culebra, esa canción que es para muchas generaciones alerta de muerte.
Hablando de generaciones ya hay por lo menos dos generaciones que no conocieron a Colosio, y ya les pertenece a ellos, en muerte, en esa trágica muerte Donaldo es parte ya de la historia de todos los mexicanos, pasó de ser un político, a ser un símbolo de la política nacional.
Existen una gran cantidad de monumentos, pinturas, crónicas, libros, historias que se cuentan, anécdotas que se presumen de quienes lo conocieron y estuvieron cerca de él, es Donaldo historia nacional.
Treinta años han pasado y México no es mejor que el que Colosio describía, puede ser que algunas instituciones se crearan para fortalecer la democracia y fomentar la rendición de cuentas, salvo lo anterior hoy vería Luis Donaldo que hay más inseguridad, más corrupción y menos acceso a la salud, entre otras cosas.
Colosio estaría del lado de la democracia y no del lado del populismo, Colosio ya nos pertenece a todos, es nuestra responsabilidad construir lo que él soñó.
