/ viernes 1 de noviembre de 2019

Amat Cucapah

Old Pedrick’s Ranch en el casino


Al iniciarse la infausta guerra de Estados Unidos de Norteamérica contra México en 1847, en ese año sucedió eslabonado a tal hecho la “Fiebre del Oro” en California como un fenómeno social exitoso.

“¡Oro, oro, oroooo!”, fue el grito que desbocó vertiginosa carrera con más de 300 mil personas salidas de los rincones del mundo: América Latina, Europa, Australia y Asia, utilizando los medios más veloces de transporte viajaron a Sutter’s Hill, California, donde el cantinero González vio la pepita de 20 onzas arrojada sobre la barra del “saloon” por un cliente borracho, quien ya sin efectivo pagó sus copas de whisky con un pedrusco de oro, desatando tumultos de gambusinos a buscar más en el cañón de San Feliciano, hasta que en 1855 escaseó el precioso metal en la región de Sacramento.

Esos años nuevamente el territorio mexicano es cercenado con 76, 845 km2 por la “Compra Gadsden”, referida a la franja comprendida entre el Sur de Arizona y Suroeste de Nuevo México, adquirida por Estados Unidos para tender vía del ferrocarril transcontinental, conectando costas del Océano Pacífico con el Atlántico.

Coincide ese tiempo con el ya poco oro encontrado, por eso los gambusinos hurgan las montañas, acertando vetas del codiciado metal en montañas a orillas del Río Colorado en Arizona, con ello la “Fiebre del Oro” contagia el ánimo minero viniendo multitudes alargando su zancada, cayendo víctimas de asaltantes al cruzar el desierto.

Es así como los barcos planos impulsados por el vapor de sus calderas son la solución, abrieron la era moderna de navegación sobre el Colorado en noviembre de 1852. Fue lanzado contracorriente desde el desemboque del río -en el Golfo de California - el “Tío Sam” (Uncle Sam), un barquito movido por vapor, impulsado con una gran rueda proveída de aspas, abrió puerta a la Gran Avenida de 900 kilómetros de navegación sobre las aguas del Colorado, hasta el corazón de la Arizona.

Como era leña el combustible para calderas de los barcos, establecieron atracaderos con patios leñeros intercalados, abasteciéndose también de alimentos entre las rancherías, originando los puertos ribereños del Colorado; emplearon 15 días en los primeros viajes río arriba para recorrer un poco más de 120 millas, desde la bocana en el Mar de Cortés hasta el “Fuerte Yuma”.

En el lado sonorense, próximos a la frontera internacional, crecieron la granja Hualapai Smith Farm (La Grulla), Ranchos Mariposa (INSEN, Infonavit Bellavista) y Doña Juana (Morelos e Internacional SLRC); en el lado estadounidense crecieron los ranchos: Carbajal (de Isadore e Ignacio), ranchos Loroña (de Isadore y Caesar), rancho J.E. (de Barclay) y Old Pedrick`s Ranch.

Localizado al lado izquierdo de la corriente del Colorado, a casi 8 millas del Fuerte Yuma en terreno estadounidense, creció un rancho a muy corta distancia Norte de la frontera sonorense, dentro del terreno “Venta Gadsden”, donde en el bajo antiguo cauce, con la humedad del río crecieron las siembras del viejo Pedro, lució su casona segura, sobre la mesa desértica fuera del alcance de las crecidas corrientes, próxima a donde hoy 2019 apreciamos una residencia -antes de subir al Cocopah Casino-, sobresaliendo de la construcción árboles y palmas, cuando viajas hacia el Este, desde la ciudad de Somerton.

Este rancho manifestaba la prosperidad como resultado del cuidado de su dueño. Él era un gringo bonachón, pero según decían sus visitantes era tan tacaño que no comía sandía por no tirar las semillas, no comía tamales por no tirar las hojas y no comía sus gallinas por no desperdiciar las plumas.

La verdad es que todo lo aprovechaba: Las semillas en nuevas siembras y las plumas en hacer colchones y almohadas para los viajeros, por ello tenía buen grupo de laboriosos trabajadores mexicanos, creciendo su riqueza, precisamos su sitio en 32º 36’ 23.40” y 114º 38’ 59”.44 con coordenadas tomadas en 1873 por el Ing. Jacobo Blanco, enviado por el gobierno mexicano.

De su caballeriza atendía las necesidades del Fuerte Yuma a su exuberante producción: Caballos, cabras y porquerizas solo hacían competencia los ranchos mexicanos de Doña Juana, Mariposa y la Granja Hualapai. Old Pedrick’s Ranch fue un próspero establecimiento agropecuario que se vio floreciente durante la navegación de los barcos sobre el Río Colorado hasta empezar el 1900.

Referencia: Libro Puerto Isabel

E-mail: federicoiglesias50@gmail.com

Old Pedrick’s Ranch en el casino


Al iniciarse la infausta guerra de Estados Unidos de Norteamérica contra México en 1847, en ese año sucedió eslabonado a tal hecho la “Fiebre del Oro” en California como un fenómeno social exitoso.

“¡Oro, oro, oroooo!”, fue el grito que desbocó vertiginosa carrera con más de 300 mil personas salidas de los rincones del mundo: América Latina, Europa, Australia y Asia, utilizando los medios más veloces de transporte viajaron a Sutter’s Hill, California, donde el cantinero González vio la pepita de 20 onzas arrojada sobre la barra del “saloon” por un cliente borracho, quien ya sin efectivo pagó sus copas de whisky con un pedrusco de oro, desatando tumultos de gambusinos a buscar más en el cañón de San Feliciano, hasta que en 1855 escaseó el precioso metal en la región de Sacramento.

Esos años nuevamente el territorio mexicano es cercenado con 76, 845 km2 por la “Compra Gadsden”, referida a la franja comprendida entre el Sur de Arizona y Suroeste de Nuevo México, adquirida por Estados Unidos para tender vía del ferrocarril transcontinental, conectando costas del Océano Pacífico con el Atlántico.

Coincide ese tiempo con el ya poco oro encontrado, por eso los gambusinos hurgan las montañas, acertando vetas del codiciado metal en montañas a orillas del Río Colorado en Arizona, con ello la “Fiebre del Oro” contagia el ánimo minero viniendo multitudes alargando su zancada, cayendo víctimas de asaltantes al cruzar el desierto.

Es así como los barcos planos impulsados por el vapor de sus calderas son la solución, abrieron la era moderna de navegación sobre el Colorado en noviembre de 1852. Fue lanzado contracorriente desde el desemboque del río -en el Golfo de California - el “Tío Sam” (Uncle Sam), un barquito movido por vapor, impulsado con una gran rueda proveída de aspas, abrió puerta a la Gran Avenida de 900 kilómetros de navegación sobre las aguas del Colorado, hasta el corazón de la Arizona.

Como era leña el combustible para calderas de los barcos, establecieron atracaderos con patios leñeros intercalados, abasteciéndose también de alimentos entre las rancherías, originando los puertos ribereños del Colorado; emplearon 15 días en los primeros viajes río arriba para recorrer un poco más de 120 millas, desde la bocana en el Mar de Cortés hasta el “Fuerte Yuma”.

En el lado sonorense, próximos a la frontera internacional, crecieron la granja Hualapai Smith Farm (La Grulla), Ranchos Mariposa (INSEN, Infonavit Bellavista) y Doña Juana (Morelos e Internacional SLRC); en el lado estadounidense crecieron los ranchos: Carbajal (de Isadore e Ignacio), ranchos Loroña (de Isadore y Caesar), rancho J.E. (de Barclay) y Old Pedrick`s Ranch.

Localizado al lado izquierdo de la corriente del Colorado, a casi 8 millas del Fuerte Yuma en terreno estadounidense, creció un rancho a muy corta distancia Norte de la frontera sonorense, dentro del terreno “Venta Gadsden”, donde en el bajo antiguo cauce, con la humedad del río crecieron las siembras del viejo Pedro, lució su casona segura, sobre la mesa desértica fuera del alcance de las crecidas corrientes, próxima a donde hoy 2019 apreciamos una residencia -antes de subir al Cocopah Casino-, sobresaliendo de la construcción árboles y palmas, cuando viajas hacia el Este, desde la ciudad de Somerton.

Este rancho manifestaba la prosperidad como resultado del cuidado de su dueño. Él era un gringo bonachón, pero según decían sus visitantes era tan tacaño que no comía sandía por no tirar las semillas, no comía tamales por no tirar las hojas y no comía sus gallinas por no desperdiciar las plumas.

La verdad es que todo lo aprovechaba: Las semillas en nuevas siembras y las plumas en hacer colchones y almohadas para los viajeros, por ello tenía buen grupo de laboriosos trabajadores mexicanos, creciendo su riqueza, precisamos su sitio en 32º 36’ 23.40” y 114º 38’ 59”.44 con coordenadas tomadas en 1873 por el Ing. Jacobo Blanco, enviado por el gobierno mexicano.

De su caballeriza atendía las necesidades del Fuerte Yuma a su exuberante producción: Caballos, cabras y porquerizas solo hacían competencia los ranchos mexicanos de Doña Juana, Mariposa y la Granja Hualapai. Old Pedrick’s Ranch fue un próspero establecimiento agropecuario que se vio floreciente durante la navegación de los barcos sobre el Río Colorado hasta empezar el 1900.

Referencia: Libro Puerto Isabel

E-mail: federicoiglesias50@gmail.com