/ martes 12 de diciembre de 2023

Cierre de año

Por múltiples razones el cierre del ejercicio fiscal se matiza con cierta bonanza en el mercado de consumo de bienes y servicios. Los presupuestos para gasto público deben de ejercerse o corren el riesgo de tener que devolverse; los presupuestos privados de las empresas buscan acumular gastos y compras para efectos fiscales del pago de impuestos; y los particulares, se ven beneficiados del gasto y del reparto de gratificaciones anuales en las empresas y organizaciones.

Sin embargo, también el fin de año para los particulares y empresas presupone gastos extraordinarios por las compras navideñas, posadas, brindis y demás celebraciones que implican el comprar o gastar. Por lo que es necesario conservar la calma, priorizar el gasto para atender necesidades urgentes y en la medida de lo posible lograr ahorrar para enfrentar la cruenta cuesta de enero.

Si bien es cierto diciembre es un buen mes para el consumo y gasto, enero es lo inverso al contraerse el ingreso de los ciudadanos; además, existen una serie de eventos que implican pagos extraordinarios como impuestos, tenencia, placas, seguros, sobre giro de tarjetas y demás, que hacen del inicio de cada año un largo viacrucis para la recuperación económica.

Así que los tiempos que estamos viviendo no son ajenos, al contrario, son muy comunes cada año, lo que hacen que cada vez se pierda más el entusiasmo y enjundia con la que se festeja el cierre de año. Es más, la carga financiera de las familias y empresas es tan extensa que ya no se piensa en el inicio del otro ejercicio, sino que hay que concentrarse en lograr cerrar este 2023. La inmediatez está ahogando la posibilidad de hacer del cierre de un año un espacio de reflexión, análisis y, por ende, de mejoramiento de la humanidad.

Diciembre es el tiempo perfecto para encontrar la armonía entre la economía y la sociedad. Es donde se supone debe de reinar la cordialidad, solidaridad y buena economía. Si como sociedad no somos capaces de recuperar estos espacios, entonces las crisis de valores y de comportamiento se verán acrecentadas. De todo lo anterior, la urgencia de encontrar en el cierre de un año los motivos para fomentar el amor propio, a la familia y a la sociedad para mitigar una serie de problemas graves y complejos que nos aquejan en estos tiempos.

Así las cosas, entonces desde este espacio enviamos un mensaje de paz, armonía, abundancia a todas las personas, familias y hogares de nuestra sociedad. Con el único fin de recuperar un espacio perdido, que es el fin de año.

Por múltiples razones el cierre del ejercicio fiscal se matiza con cierta bonanza en el mercado de consumo de bienes y servicios. Los presupuestos para gasto público deben de ejercerse o corren el riesgo de tener que devolverse; los presupuestos privados de las empresas buscan acumular gastos y compras para efectos fiscales del pago de impuestos; y los particulares, se ven beneficiados del gasto y del reparto de gratificaciones anuales en las empresas y organizaciones.

Sin embargo, también el fin de año para los particulares y empresas presupone gastos extraordinarios por las compras navideñas, posadas, brindis y demás celebraciones que implican el comprar o gastar. Por lo que es necesario conservar la calma, priorizar el gasto para atender necesidades urgentes y en la medida de lo posible lograr ahorrar para enfrentar la cruenta cuesta de enero.

Si bien es cierto diciembre es un buen mes para el consumo y gasto, enero es lo inverso al contraerse el ingreso de los ciudadanos; además, existen una serie de eventos que implican pagos extraordinarios como impuestos, tenencia, placas, seguros, sobre giro de tarjetas y demás, que hacen del inicio de cada año un largo viacrucis para la recuperación económica.

Así que los tiempos que estamos viviendo no son ajenos, al contrario, son muy comunes cada año, lo que hacen que cada vez se pierda más el entusiasmo y enjundia con la que se festeja el cierre de año. Es más, la carga financiera de las familias y empresas es tan extensa que ya no se piensa en el inicio del otro ejercicio, sino que hay que concentrarse en lograr cerrar este 2023. La inmediatez está ahogando la posibilidad de hacer del cierre de un año un espacio de reflexión, análisis y, por ende, de mejoramiento de la humanidad.

Diciembre es el tiempo perfecto para encontrar la armonía entre la economía y la sociedad. Es donde se supone debe de reinar la cordialidad, solidaridad y buena economía. Si como sociedad no somos capaces de recuperar estos espacios, entonces las crisis de valores y de comportamiento se verán acrecentadas. De todo lo anterior, la urgencia de encontrar en el cierre de un año los motivos para fomentar el amor propio, a la familia y a la sociedad para mitigar una serie de problemas graves y complejos que nos aquejan en estos tiempos.

Así las cosas, entonces desde este espacio enviamos un mensaje de paz, armonía, abundancia a todas las personas, familias y hogares de nuestra sociedad. Con el único fin de recuperar un espacio perdido, que es el fin de año.