/ jueves 20 de mayo de 2021

Daños públicos con la bandera del covid

Hay algo que creo importante exponer a consideración de la sociedad, entre los múltiples daños que nos ha causado el Covid-19 y sus efectos sociales.

Me refiero en esta ocasión a las colas desesperantes que hay que hacer donde quiera que vamos, principalmente en los Bancos donde aparte del protocolo para entrar, se está ante algo inentendible, cuestionable y con desprecio a los usuarios que está sucediendo, la mayoría de los Bancos opera con una tercera parte de empleados en ventanillas, demostrando un desprecio a los usuarios ya que se tiene que aguantar el hacer cola hasta cinco horas para lograr ser atendido, cosa que no se entiende porque, si un banco cuenta con 6/8 ventanillas, solo operan dos y, es común ver que uno está realizando actividades internas y solo uno atiende al público, y hasta que el otro se desocupa de hacer cosas internas atiende al público, luego, si uno va al baño, o le toca su horario de comida, se queda uno solo y, cuando regresa el que fue al lonche, ahora se va el otro y, las colas enormes de usuarios a nadie le importa, sobre todo, cuando el sol cada día es más fuerte, no se siente nada bien estar bajo los rayos solares horas enteras esperando lograr entrar al banco.

Creo que ya es hora de que se vaya dando soluciones más civilizadas y brindándole más respeto al usuario, no sé si se tenga que lanzar quejas ante la opinión pública internacional, pues parece que aquí en México a ninguna autoridad le importa que los ciudadanos sean menospreciados, ya que se pierde lastimosamente mucho tiempo y, si por ser este asunto de bancos lógico que se trata más de personas que tienen negocios principalmente y, si se hace perder horas de trabajo y producción de actividades mercantiles a cada uno, ante los cientos o miles de usuarios que acuden todos los días a bancos, está perdida que acusamos todos los usuarios sin duda que repercute negativamente en buena parte al propio país, en cuanto a ser improductivos e ineficaces gracias al trato importa poquita de los bancos, quienes se desarrollan en concesión oficial y por decreto gubernamental que nos obliga el gobierno a depender de ellos y someternos a sus determinaciones y menosprecio ya que no existe más la competencia.

Esto mismo sucede en muchas dependencias de gobierno inclusive en los retenes militares, no hay preocupación por evitarle perjuicios a los ciudadanos, haciéndoles esperar horas y horas bajo el ardiente sol, ya que se aplica la ley de Herodes en todo tiempo, sin duda que ante la imposibilidad de hacer algo para ser tratados con mayor fluidez en cada dependencia de gobierno, el malestar y desprecio seguirá permeando en la sociedad contra los gobernantes, alejándose más y más la posibilidad de avanzar unidos pueblo y gobierno, ya que este no demuestra tener atención y respeto al gobernado pues, los actos que nos imponen sin importar tomarnos en cuenta como sociedad y contribuyentes, así como parte del desarrollo del país, acrecentar mas el desprecio hacia el gobernante en general, ya que ninguno demuestra interés en trabajar unidos con la sociedad, salvo cuando son época de elecciones se ponen muy dulces ofreciendo las perlas de la virgen, para obtener o seguir en el cargo.


Hay algo que creo importante exponer a consideración de la sociedad, entre los múltiples daños que nos ha causado el Covid-19 y sus efectos sociales.

Me refiero en esta ocasión a las colas desesperantes que hay que hacer donde quiera que vamos, principalmente en los Bancos donde aparte del protocolo para entrar, se está ante algo inentendible, cuestionable y con desprecio a los usuarios que está sucediendo, la mayoría de los Bancos opera con una tercera parte de empleados en ventanillas, demostrando un desprecio a los usuarios ya que se tiene que aguantar el hacer cola hasta cinco horas para lograr ser atendido, cosa que no se entiende porque, si un banco cuenta con 6/8 ventanillas, solo operan dos y, es común ver que uno está realizando actividades internas y solo uno atiende al público, y hasta que el otro se desocupa de hacer cosas internas atiende al público, luego, si uno va al baño, o le toca su horario de comida, se queda uno solo y, cuando regresa el que fue al lonche, ahora se va el otro y, las colas enormes de usuarios a nadie le importa, sobre todo, cuando el sol cada día es más fuerte, no se siente nada bien estar bajo los rayos solares horas enteras esperando lograr entrar al banco.

Creo que ya es hora de que se vaya dando soluciones más civilizadas y brindándole más respeto al usuario, no sé si se tenga que lanzar quejas ante la opinión pública internacional, pues parece que aquí en México a ninguna autoridad le importa que los ciudadanos sean menospreciados, ya que se pierde lastimosamente mucho tiempo y, si por ser este asunto de bancos lógico que se trata más de personas que tienen negocios principalmente y, si se hace perder horas de trabajo y producción de actividades mercantiles a cada uno, ante los cientos o miles de usuarios que acuden todos los días a bancos, está perdida que acusamos todos los usuarios sin duda que repercute negativamente en buena parte al propio país, en cuanto a ser improductivos e ineficaces gracias al trato importa poquita de los bancos, quienes se desarrollan en concesión oficial y por decreto gubernamental que nos obliga el gobierno a depender de ellos y someternos a sus determinaciones y menosprecio ya que no existe más la competencia.

Esto mismo sucede en muchas dependencias de gobierno inclusive en los retenes militares, no hay preocupación por evitarle perjuicios a los ciudadanos, haciéndoles esperar horas y horas bajo el ardiente sol, ya que se aplica la ley de Herodes en todo tiempo, sin duda que ante la imposibilidad de hacer algo para ser tratados con mayor fluidez en cada dependencia de gobierno, el malestar y desprecio seguirá permeando en la sociedad contra los gobernantes, alejándose más y más la posibilidad de avanzar unidos pueblo y gobierno, ya que este no demuestra tener atención y respeto al gobernado pues, los actos que nos imponen sin importar tomarnos en cuenta como sociedad y contribuyentes, así como parte del desarrollo del país, acrecentar mas el desprecio hacia el gobernante en general, ya que ninguno demuestra interés en trabajar unidos con la sociedad, salvo cuando son época de elecciones se ponen muy dulces ofreciendo las perlas de la virgen, para obtener o seguir en el cargo.