/ jueves 1 de abril de 2021

Política de transparencia | Ernesto Gándara Camou

Uno de los grandes esfuerzos de los procesos democráticos en las sociedades actuales son las acciones de los gobiernos en pro de la transparencia y el acceso a la información pública.

Como nunca, las administraciones públicas y quienes nos encontramos inmersos en la toma de decisiones, estamos obligados a ser transparentes, proactivos en relación a nuestro actuar profesional y sin duda, a corresponder a la confianza que se deposita en nosotros.

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No es una tendencia local, es más, ni siquiera de México. Hay instancias y organismos internacionales volcados a la promoción de las mejores prácticas en la materia, así como en la concientización ciudadana para fortalecer los mecanismos de rendición de cuentas.

Es así que, con el reconocimiento del derecho a la información, como garantía fundamental de los mexicanos, los poderes públicos han transitado desde la adecuación de sus procedimientos organizacionales y administrativos, mediante la armonización del marco legal, así como la sensibilización indudable en todos los niveles y poderes del estado.

La Constitución General de los Estados Unidos Mexicanos señala que se debe privilegiar el principio de máxima publicidad relacionada con la información pública, salvo en los casos en los que existan reservas de ley.

Sin embargo, hay quienes piensan que el reservar información dañará o vulnerará a la sociedad dando por un hecho que no hay conciencia ni madurez cívica para cuestionar y confrontar a los poderes públicos. Ni qué decir sobre funcionarios que por ignorancia o peor aún, por una persistente resistencia a documentar o transparentar sus acciones y recursos, perpetúan el ciclo de desconfianza y presunta corrupción.

El gobierno que encabezaré se regirá precisamente por el principio de máxima publicidad en la toma de decisiones y sin duda, habremos de fortalecer los mecanismos de la transparencia proactiva. En Sonora le entramos de frente, confiamos en nuestra gente y sabemos de la exigencia a la que estamos sometidos quienes tenemos responsabilidades públicas.

Que nunca más, un sonorense dude del destino y administración de los recursos públicos: se lo debemos la sociedad, a nuestros hijos, haciendo un compromiso inalterable de profesionalizar continuamente a cada servidor público en estas prácticas.

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Siempre he creído que fortaleciendo los equipos de trabajo lograremos abrir y mantener los canales de comunicación precisos y adecuados con la ciudadanía; así fue en el gobierno municipal que encabecé y que gracias a la voluntad y disposición de muchos colaboradores transitó en una de las administraciones que logró las mejores gestiones en servicios públicos en la capital del estado.

Desde luego, estoy convencido que se habla con el ejemplo, por ello atendiendo a este compromiso de transparencia es que presenté, inmediatamente al inicio de esta campaña, mis declaraciones patrimonial, fiscal y ausencia de conflicto de interés. Adicionalmente, la carta de no antecedentes penales, un examen toxicológico, así como la acreditación de no tener auditorías pendientes con posible daño patrimonial en los cargos ejercidos, y algo sumamente importante: no estar relacionado con ningún tipo de violencia hacia la mujer.

El tema de la transparencia y acceso a la información pública llegó para quedarse. Son pasos certeros en el combate frontal a la corrupción y en la muy necesaria confianza en nuestras instituciones.

No tengo nada que esconder. El servicio público ha sido y seguirá siendo mi vocación fundamental en mi camino de vida. Quienes me han acompañado están convencidos de ello y lo saben, así que tan pronto iniciemos la maravilla experiencia de encabezar el gobierno del estado, todos mis colaboradores, desde el primer día estarán obligados a presentar sus documentos declaratorios de transparencia.

En cuanto a las instancias de gobierno, el proceso de entrega-recepción será público, apegado a las leyes y desde luego, con la información que permita a cualquier ciudadano, sonorense o no, contar con la plena confianza en nuestro gobierno.

Uno de los grandes esfuerzos de los procesos democráticos en las sociedades actuales son las acciones de los gobiernos en pro de la transparencia y el acceso a la información pública.

Como nunca, las administraciones públicas y quienes nos encontramos inmersos en la toma de decisiones, estamos obligados a ser transparentes, proactivos en relación a nuestro actuar profesional y sin duda, a corresponder a la confianza que se deposita en nosotros.

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No es una tendencia local, es más, ni siquiera de México. Hay instancias y organismos internacionales volcados a la promoción de las mejores prácticas en la materia, así como en la concientización ciudadana para fortalecer los mecanismos de rendición de cuentas.

Es así que, con el reconocimiento del derecho a la información, como garantía fundamental de los mexicanos, los poderes públicos han transitado desde la adecuación de sus procedimientos organizacionales y administrativos, mediante la armonización del marco legal, así como la sensibilización indudable en todos los niveles y poderes del estado.

La Constitución General de los Estados Unidos Mexicanos señala que se debe privilegiar el principio de máxima publicidad relacionada con la información pública, salvo en los casos en los que existan reservas de ley.

Sin embargo, hay quienes piensan que el reservar información dañará o vulnerará a la sociedad dando por un hecho que no hay conciencia ni madurez cívica para cuestionar y confrontar a los poderes públicos. Ni qué decir sobre funcionarios que por ignorancia o peor aún, por una persistente resistencia a documentar o transparentar sus acciones y recursos, perpetúan el ciclo de desconfianza y presunta corrupción.

El gobierno que encabezaré se regirá precisamente por el principio de máxima publicidad en la toma de decisiones y sin duda, habremos de fortalecer los mecanismos de la transparencia proactiva. En Sonora le entramos de frente, confiamos en nuestra gente y sabemos de la exigencia a la que estamos sometidos quienes tenemos responsabilidades públicas.

Que nunca más, un sonorense dude del destino y administración de los recursos públicos: se lo debemos la sociedad, a nuestros hijos, haciendo un compromiso inalterable de profesionalizar continuamente a cada servidor público en estas prácticas.

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Siempre he creído que fortaleciendo los equipos de trabajo lograremos abrir y mantener los canales de comunicación precisos y adecuados con la ciudadanía; así fue en el gobierno municipal que encabecé y que gracias a la voluntad y disposición de muchos colaboradores transitó en una de las administraciones que logró las mejores gestiones en servicios públicos en la capital del estado.

Desde luego, estoy convencido que se habla con el ejemplo, por ello atendiendo a este compromiso de transparencia es que presenté, inmediatamente al inicio de esta campaña, mis declaraciones patrimonial, fiscal y ausencia de conflicto de interés. Adicionalmente, la carta de no antecedentes penales, un examen toxicológico, así como la acreditación de no tener auditorías pendientes con posible daño patrimonial en los cargos ejercidos, y algo sumamente importante: no estar relacionado con ningún tipo de violencia hacia la mujer.

El tema de la transparencia y acceso a la información pública llegó para quedarse. Son pasos certeros en el combate frontal a la corrupción y en la muy necesaria confianza en nuestras instituciones.

No tengo nada que esconder. El servicio público ha sido y seguirá siendo mi vocación fundamental en mi camino de vida. Quienes me han acompañado están convencidos de ello y lo saben, así que tan pronto iniciemos la maravilla experiencia de encabezar el gobierno del estado, todos mis colaboradores, desde el primer día estarán obligados a presentar sus documentos declaratorios de transparencia.

En cuanto a las instancias de gobierno, el proceso de entrega-recepción será público, apegado a las leyes y desde luego, con la información que permita a cualquier ciudadano, sonorense o no, contar con la plena confianza en nuestro gobierno.