/ lunes 27 de abril de 2020

CONTRASENTIDO

Días de encierro


Formalmente se ha avisado lo que ya sabíamos: El período de distanciamiento social se ha postergado hasta el 18 de mayo para los municipios que no tengan casos de Covid-19 activos y para el resto del país la fecha mágica pudiera ser el 1 de junio, si y solo si disminuye la incidencia de casos. Así que por lo pronto tendremos un mes más para que quienes realizamos trabajos no esenciales lo hagamos desde casa o para descansar.

La cotidianeidad de nuestras actividades, generalmente, nos hace dejar ciertas actividades o arreglos que tenemos que hacer para cuando tengamos tiempo libre; paradójicamente, en la actualidad algunos ciudadanos se encuentran con que tienen la oportunidad de descansar, pero las condiciones económicas y sociales no te permiten en pensar más allá de la sobrevivencia en estos días difíciles, olvidándose de poder realizar actividades pendientes o simples deseos como leer u alguna otra actividad provechosa.

Vivimos un momento histórico. Para algunos ciudadanos jóvenes es la primera vez que se enfrentan a una situación de una pandemia y para algunos otros se tiene la experiencia mínima de la influenza. El punto es que nunca habíamos tenido tanto tiempo para estar en casa obligatoriamente, así que a pesar del miedo y temor fundado con el que estamos viviendo, hoy tenemos la oportunidad de iniciar una convivencia familiar que podría reconstruir el tejido social más importante. La mayoría de los ciudadanos conocemos o intuimos que los valores se comprenden mejor de una forma práctica y vivencial, es decir los aprendemos al observarlos en nuestra familia. En ese sentido, si nos activamos la pandemia podrá fortalecernos como sociedad.

Sabemos lo difícil que es vivir un encierro, sobre todo cuando somos seres que presumiblemente nos hemos hecho en la libertad. Resulta muy difícil, pero no imposible, comprender y entender la naturaleza de los eventos que estamos viviendo. Comúnmente las redes sociales revientan a la propia sociedad al exponer cruelmente a personas que andan en la calle, por lo que rápidamente nuestro egoísmo nos hace juzgar sin ningún elemento para denostar al otro; sin embargo, la realidad es que la inmensa mayoría de las personas que anda en las calles los hacen por alguna razón válida, solo que la desconocemos y como las envidiamos las juzgamos.

Si analizamos la situación con detenimiento prácticamente no hay un solo sector de la sociedad que la esté pasando bien. Todos los mexicanos tenemos algo de temor o miedo que nos genera incertidumbre, por ejemplo: El empresario siente que puede perder su negocio al mismo tiempo que empleado es temeroso de perder su trabajo; los estudiantes muy pequeños el miedo les ha llegado por sus padres y a los adolescentes les duele el futuro que tal vez sus habilidades ya no tengan cabida en el mundo laboral por falta de empresas. Y así pudiéramos poner cientos de ejemplos que el encierro nos tiene atolondrados y desesperados a tal grado que la ansiedad y estrés están a la vista de todos.

Pero mientras estemos con vida, nuestra mayor arma es la esperanza que cada día falta menos para lograr vencer la pandemia. Paciencia, reflexión y sabiduría son lo mejor que podemos tener en estos momentos estimados lectores, así que por el bien nuestro y de todos #QuédateEnCasa.

@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com

Días de encierro


Formalmente se ha avisado lo que ya sabíamos: El período de distanciamiento social se ha postergado hasta el 18 de mayo para los municipios que no tengan casos de Covid-19 activos y para el resto del país la fecha mágica pudiera ser el 1 de junio, si y solo si disminuye la incidencia de casos. Así que por lo pronto tendremos un mes más para que quienes realizamos trabajos no esenciales lo hagamos desde casa o para descansar.

La cotidianeidad de nuestras actividades, generalmente, nos hace dejar ciertas actividades o arreglos que tenemos que hacer para cuando tengamos tiempo libre; paradójicamente, en la actualidad algunos ciudadanos se encuentran con que tienen la oportunidad de descansar, pero las condiciones económicas y sociales no te permiten en pensar más allá de la sobrevivencia en estos días difíciles, olvidándose de poder realizar actividades pendientes o simples deseos como leer u alguna otra actividad provechosa.

Vivimos un momento histórico. Para algunos ciudadanos jóvenes es la primera vez que se enfrentan a una situación de una pandemia y para algunos otros se tiene la experiencia mínima de la influenza. El punto es que nunca habíamos tenido tanto tiempo para estar en casa obligatoriamente, así que a pesar del miedo y temor fundado con el que estamos viviendo, hoy tenemos la oportunidad de iniciar una convivencia familiar que podría reconstruir el tejido social más importante. La mayoría de los ciudadanos conocemos o intuimos que los valores se comprenden mejor de una forma práctica y vivencial, es decir los aprendemos al observarlos en nuestra familia. En ese sentido, si nos activamos la pandemia podrá fortalecernos como sociedad.

Sabemos lo difícil que es vivir un encierro, sobre todo cuando somos seres que presumiblemente nos hemos hecho en la libertad. Resulta muy difícil, pero no imposible, comprender y entender la naturaleza de los eventos que estamos viviendo. Comúnmente las redes sociales revientan a la propia sociedad al exponer cruelmente a personas que andan en la calle, por lo que rápidamente nuestro egoísmo nos hace juzgar sin ningún elemento para denostar al otro; sin embargo, la realidad es que la inmensa mayoría de las personas que anda en las calles los hacen por alguna razón válida, solo que la desconocemos y como las envidiamos las juzgamos.

Si analizamos la situación con detenimiento prácticamente no hay un solo sector de la sociedad que la esté pasando bien. Todos los mexicanos tenemos algo de temor o miedo que nos genera incertidumbre, por ejemplo: El empresario siente que puede perder su negocio al mismo tiempo que empleado es temeroso de perder su trabajo; los estudiantes muy pequeños el miedo les ha llegado por sus padres y a los adolescentes les duele el futuro que tal vez sus habilidades ya no tengan cabida en el mundo laboral por falta de empresas. Y así pudiéramos poner cientos de ejemplos que el encierro nos tiene atolondrados y desesperados a tal grado que la ansiedad y estrés están a la vista de todos.

Pero mientras estemos con vida, nuestra mayor arma es la esperanza que cada día falta menos para lograr vencer la pandemia. Paciencia, reflexión y sabiduría son lo mejor que podemos tener en estos momentos estimados lectores, así que por el bien nuestro y de todos #QuédateEnCasa.

@GildardoLinarez

glinarez@hotmail.com